Son días poco dados para meterse en la sierra de Rute a primera hora de la mañana y subir hasta la reserva de animales de Adebo. Pero con nieve o barro, esto es lo que viene haciendo desde hace treinta años Pascual Rovira, presidente y creador de esta asociación conservacionista. Su vieja y abollada camioneta le sube a diario por las revueltas del camino, en pleno pinar de Rute. Es el compromiso moral que Rovira tiene con sus animales, más de 90 burros que cuida y protege de la extinción. «Durante siglos, el asno fue fiel compañero del hombre en los más duros trabajos, ahora se merecen un retiro digno y una protección», confiesa Pascual.

El día a día, «nunca acaba, porque muchas veces estamos pendientes de partos, que pueden ser a cualquier hora», explica mientras prepara el forraje en los pesebres, un trabajo que no conoce vacaciones ni días festivos. Cuando se compara a Pascual con la labor de un ganadero, él prefiere calificar su trabajo del compromiso de un amigo de los burros. La reserva de Adebo se encuentra en plena sierra de Rute, en un espacio de titularidad municipal. Desde 1989, Pascual Rovira ha liderado «una corriente de simpatía por estos animales, y para darle visibilidad hemos contado con premios Nobel como Cela o Saramago, escritores como Antonio Gala o Rafael Alberti», que fue el primer Arriero de Honor que nombró esta asocoación. Periodistas como Tico Medina, Raúl del Pozo, Rafael Martínez Simancas o Carlos Herrera también han sido reconocido con esta distinción. Incluso la nobleza y la realeza se han «sumado a la causa borriquera, y hasta nuestra reserva han venido la baronesa Tyssen o la reina doña Sofía, que bautizó en nuestras instalaciones al burrito Lluvia».

Por los terrenos de la reserva, trotan libres, burritos como Califa, Sietesoles, Arriera, Panochillo, Velluda, Gaugin, Chitín, Polisaria; son los animales bautizados por una larga lista de creadores, intelectuales y músicos, donde sumar también personalidades como Ágatha Ruiz de la Prada, Paola Dominguín, Amparanoia, Vinicio Capossela, El Koala o el grupo Medina Azahara. Todos han confesado su admiración por este proyecto romántico de Pascual Rovira, al que califican de Quijote moderno. Pascual al mismo tiempo que retira estiércol o apila alfalfa atiende una llamada de medios de comunicación de todo el mundo o informa a los Arrieros de Honor del día a día de sus burritos. Mensualmente esta asociación necesita casi tres camiones de heno, además del trabajo de algunos voluntarios, todo se hace a mano. «Todos los gastos los financiamos fundamentalmente con una herencia recibida en 2011 de una apasionada amante de los burros que conocía nuestro trabajo», explica el presidente de Adebo .

La Reina Sofía recibe el cariño de ‘Lluvia’ durante la visita que rindió a Adebo en el 2008. Foto: A.J. GONZÁLEZ

El hiperactivo Pascual Rovira no solo dedica su tiempo a los burros de Adebo, también en la reserva, desde hace años, cuenta con un grupo de cerdos a los que quiere dar protagonismo este 2018. «La idea que tenemos en Adebo es poner en marcha una campaña de defensa y reivindicación de la imagen del cerdo, como animal sobreexplotado y poco considerado por la comunidad humana», manifiesta Pascual.

El cerdo en la España rural, ha sido todo un símbolo. Antes de convertirse en un producto más de la industria cárnica, formaba parte fundamental de los pueblos y era garantía del sustento de muchas familias. «Es un animal que se merece un reconocimiento cultural por parte de la humanidad, ya que llevan con nosotros 13.000 años», señala Rovira. «Creo que 2018 debe estar dedicado al cerdo, porque coincide, como cada 18 años, con la posición de la Luna y la constelación de Orión, lo que se conoce como Luna del Cerdo», relata Rovira, para referirse al calendario astrológico. Desde Adebo, el 2018 ha sido «declarado con rango universal Año Marrano». La obra literaria de Cela, arriero de honor de Adebo, estará muy presente en este homenaje, en el que también participarán artistas, intelectuales, poetas y filósofos.

Con el barro hasta los tobillos, «desde que la empresa pública Tragsa hizo trabajos junto a la reserva, nos inundamos cada vez que llueve», lamenta Pascual, que repasa un poco las instalaciones para que los burros se encuentren bien. Y no solos burros, hay en la reserva, Dior, un cerdo de 300 kilos también tiene sus atenciones, y en estos meses, con el proyecto de Año Marrano, será especial protagonista. Como gran animalista, Rovira ha aprovechado la proyección de Adebo, para defender además de los burros, muchos otros animales. «Pensamos que el mensaje ha calado en la sociedad, nuestros pollinos cuentan con padrinos y madrinas que nos han ayudado a difundir nuestro mensaje borriquero», pero son otros muchos animales, los que han ayudado al hombre a lo largo de su existencia. En 2009 Adebo organizó un homenaje a la cabra, y se inauguró la escultura El niño cabrero, que preside la entrada de la reserva. Esa semana el Ayuntamiento rotuló con nombres de cabras literarias las principales calles del pueblo y se celebró una gala poética y musical en la reserva, con los poetas Juan Carlos Rodriguez, Angeles Mora, José Puerto,Antonio Quintana, los raperos El Chojin y El Sombrío y la Banda de Música de Rute.

Pero el compromiso de Pascual Rovira va más allá. Un activista que siempre ha trabajado en Rute en infinidad de temas sociales y culturales y en la recuperación de la memoria histórica, ayudando al historiador Arcángel Bedmar en las historias de la represión franquista en Rute. El primer acto que se organizó en el pueblo fue en la cuadra de Adebo en el año 2002, un Homenaje a los Hijos Olvidados de Rute. También alcanzó especial notoriedad la marcha Trotando por la paz, que organizaron desde Rute contra la guerra de Irak, con la implicación del Nobel José Saramago y Antonio Gala, que logró una difusión internacional.

Son facetas de una persona para quien sus inseparables burros le han dado una vida que no imaginaba y que quizás anhelaba cuando de muy joven trabajaba en la mercería familiar. Pascual es Pascualito en Rute, así de cariñosamente lo conocen sus vecinos. Y, aunque a veces sus ocurrencias son calificadas de «pascualadas», la proyección que ha dado de Rute y de la defensa de los animales es impagable. Pascual trajo a su pueblo a Alberti, después de su exilio. Trajo a la reina de España, a la duquesa de Alba, a Camilo José Cela muchas veces, a la baronesa Thyssen a Antonio Gala. Adebo ha funcionado como imán sociocultural a cuya atracción han sucumbido prensa de todo el mundo, para certificar la magnífica labor de recuperación de animales llevada a cabo. Ha colaborado en el proyecto Hermano Asno que los periodistas Eliseo García Nieto y el fotógrafo Mondelo «han plasmado el mejor libro sobre burros escrito en el mundo, dedicándole todo un capítulo a Adebo», recuerda Pascual, que recientemente ha promovido una campaña internacional contra la matanza indiscriminada de asnos en extensas zonas de África, para extraer una gelatina de la piel con la que elaboran un ungüento, el ejiao, cuyas propiedades medicinales son más que dudosas.

La vida de este ruteño es ajetreada, un esfuerzo solitario de décadas con el que ha conseguido elevar a la conciencia popular la situación dramática de esto animales que han encontrado refugio en este rincón de la Subbética cordobesa. Hoy espera la visita del veterinario y de un camión de heno. Él y su hijo Francisco apilan las pacas para distribuir el alimento a los más de cien animales que tienen acogidos. «Llueve mansamente y sin parar, llueve sin ganas pero con una infinita paciencia», lo escribió el Arriero de Honor Camilo José Cela, y en la reserva de Adebo llueve estos días mansamente.