Aunque nació en Jaén y muestra un gran orgullo por su tierra, se siente un cordobés más porque en esta ciudad creció como persona y como artista. Tras una amplia trayectoria como pianista centrada en su visión del arte jondo sin abandonar otros sonidos, y mientras sigue defendiendo su primer disco en solitario, Orilla del Mundo, Alfonso Aroca se ha alzado recientemente con el primer premio para instrumentistas del flamenco en el Festival de Cante de las Minas de La Unión, un reconocimiento que llega después de una carrera en la que se ha rodeado de grandes artistas del mundo del flamenco, del jazz o del pop.

-¿Qué significa este premio en su carrera?

-Es un impulso, una motivación más. Te da fuerza para creer más en ti mismo, saber que la gente entiende lo que haces, lo valora y, encima, lo premia. También es un impulso mediático, quizá lo más interesante, ya que esto es un proceso muy duro, sobre todo cuando eres instrumentista, que siempre está muy atrás, no es como un cantaor.

-Se ha adentrado en muchos géneros como el jazz o el pop, pero, ¿es el flamenco a través del piano su forma de expresión más personal?

--Creo que sí. Poco a poco voy confeccionando un lenguaje personal que, al final, puede sonar flamenco en la mayoría de los casos, y en otras ocasiones puede evocar a otras músicas como el jazz, la clásica o, incluso, bandas sonoras. Pero creo que el flamenco es el lenguaje en el que quizá me siento más a gusto porque es el que más he investigado, el que más me emociona, y quizá con el que más compromiso he adquirido. Siento que soy más sincero con el lenguaje del flamenco, me emociona más y consigo transmitir más sentimientos.

-¿Cómo se cumplen los cánones del arte jondo con las teclas de un piano? Desde fuera parece muy difícil.

--Sí, lo es. Yo no tengo un método ni una fórmula. No se ha hecho todavía, no se puede estudiar en un conservatorio ni en una escuela. Es muy autodidacta y personal, y la mía no es la única manera, pero haciéndolo con respeto hacia la tradición, investigando en las raíces, siendo serio, honesto y sincero, creo que se puede hacer con cualquier instrumento.

-¿Cómo reaccionan los puristas ante esta evolución del flamenco?

--No soy de etiquetas. No sé quiénes son los puristas, o tengo la suerte de no encontrármelos. Hay una vertiente de gente que puede defender algo que no sé en realidad lo que es, si es que existe el purismo. A mí nadie me ha criticado. Creo que hay un respeto hacia lo que hago. El flamenco es fusión desde sus orígenes.

-¿Hasta dónde puede evolucionar el flamenco sin que se falte a sus raíces, a la tradición?

--No sé, pero sí sé que queda mucho por hacer. Estamos en un momento especial, en el que hay una explosión maravillosa en ese sentido. Paco de Lucía abrió camino aportando nuevos instrumentos, se abrió una puerta para mucha gente. Los músicos que lo acompañaron han desarrollado su carrera como solistas en un lenguaje flamenco. Jorge Pardo con la flauta, por ejemplo. El flamenco tiene que llegar a un montón de lugares. Lo mismo que el jazz ha llegado a todos los recovecos musicales del mundo, el flamenco puede hacerlo también. Y es el momento de reconocerlo, y no solo en el Festival de la Unión, que es una cita que no se da en Andalucía, sino en Murcia, y ha abierto una convocatoria para instrumentistas, algo que es de agradecer. Yo animo a que todos los demás concursos de flamenco que hay en España se atrevan a hacerlo.

-¿Cree que sería muy complicado introducirlo en el Concurso de Córdoba?

--¿Por qué en Murcia sí y en Córdoba no? El de Córdoba es un gran concurso, de mucho prestigio, y lo necesita. Es cuestión de querer apostar y creer que otros instrumentos pueden tocar flamenco. Yo lo hago. Creo que el certamen se abriría mucho más al mundo. Tendría otras miras, otras fuerzas.

-Desde que emprendió camino en solitario con ‘Orilla del Mundo’, ¿qué balance hace?

--Han pasado casi dos años y mi balance es muy positivo. Aunque lento y quizá desgastante, ha sido creciente. He invertido mucho esfuerzo y dinero, pero haber echado las redes a América Latina me ha dado un reconocimiento muy interesante. Tuve muy buena acogida allí, me he sentido muy valorado y quisiera que también pudiera pasar eso aquí.

-¿Está pensando en el siguiente disco?

--Estoy dándole vueltas a nuevas ideas bastante más fusionadas con otras músicas. El flamenco siempre va a estar ahí, pero no me cierro a nada. Voy aprendiendo a no fijarme tanto en lo que la gente espera de mí, y creyendo en lo que nace en mí.

-¿Cree que Córdoba valora el talento de sus artistas?

--Creo que es el gen español, siempre mirando hacia fuera, nos creemos que es mejor que lo nuestro. Es una pena que en España el flamenco sea de minorías. En cualquier parte del mundo su música es lo primero. H