Las fuertes lluvias caídas durante la madrugada y la tarde de ayer volvieron a inundar diversas zonas de la provincia, principalmente en Cabra, Monturque y Castro del Río, aunque también resultaron afectados otros municipios como Espejo, Baena o Valenzuela.

En Cabra, la rápida actuación de las policías Nacional y Local, así como la Guardia Civil y los bomberos Lucena-Cabra impidió que las consecuencias de las intensas lluvias fueran más graves, después de que cayeran más de 40 litros de agua por metro cuadrado durante la madrugada.

La intervención inmediata en el entorno del arroyo Santa María, tras recibir la alerta de un vecino de la zona, salvó la vida de un hombre, que tuvo que ser rescatado del interior de su vehículo, que había sido arrastrado por la fuerza el agua a lo largo de unos 300 metros. Afortunadamente no precisó asistencia médica.

Los daños se hicieron notar también en las Huertas Bajas, donde varias viviendas se vieron anegadas y el cauce del río Cabra se salió de sus márgenes en algunos puntos. No ocurrió lo mismo con el arroyo Guadalazar, que se ha visto sometido a trabajos de mejora por parte de la Agencia Andaluza del Agua.

También resultaron afectados algunos tramos de la carretera que une Cabra y Nueva Carteya y algunos caminos rurales, que a lo largo de la jornada fueron inspeccionados por el segundo teniente de alcalde, Miguel Güeto.

Además, las lluvias tuvieron ayer en Cabra otras consecuencias como la del derrumbe de una casa vieja en la avenida de la Constitución, en las inmediaciones de la plaza de toros. El inmueble se vino abajo casi en su totalidad aproximadamente a las 9.15 horas. El derrumbe provocó el corte al tráfico de la céntrica vía hasta las 13.55 horas. Desde el Ayuntamiento se aconsejó a la propietaria del inmueble colindante que no regresase a su vivienda al menos durante 24 horas.

En Castro del Río, hacia las seis de la tarde una tromba de agua de media hora de duración provocó la crecida de los arroyos, que, aunque canalizados, volvieron a desbordarse. Es el caso de Las Canteras, cuyo cauce anegó la calle Los Molinos arrastrando a su paso algunos vehículos que estaban estacionados en la zona, aunque finalmente no sufrieron daños de consideración. También se inundaron los inmuebles de esta calle, donde el agua alcanzó el metro de altura. Allí se emplearon dos máquinas pesadas y los operarios municipales canalizaron las aguas hasta el río Guadajoz, en medio de una fuerte tormenta.

Todos los arroyos que vierten en las cercanías de la N-432 se desbordaron y llegaron a producirse inundaciones en algunos domicilios de la barriada de la Dehesilla. También se desbordó en la zona de la Condesa el arroyo Cantarranas. Y el río Guadajoz llevaba una fuerte crecida al mediodía, inundando las huertas bajas de Castro del Río y la zona de la Alameda.

A las 20.30 horas se celebró en el ayuntamiento una reunión de urgencia entre el alcalde y los portavoces municipales, dada la activación de la alerta naranja por riesgo de fuertes lluvias en las próximas horas.

Y a esa misma hora un tornado afectó a Doña Mencía, donde levantó parte del tejado del instituto, además de causar otros desperfectos en numerosas viviendas, de las que volaron las antenas. En otras naves cercanas voló el tejado de uralita, que fue a caer sobre unas casas, y derribó una tapia.