Los arquitectos atraviesan un mal momento. La situación no es nueva. Su actividad empezó a bajar a partir del 2006, aunque más o menos se mantuvo entre el 2007 y 2008, iniciando entonces una senda descendente que se agravó a mitad del 2009, momento desde el que no levantan cabeza por la poca actividad tanto en vivienda como en obra civil. Las previsiones del decano del Colegio de Arquitectos de Córdoba, Felipe Romero, son que se produzca un descenso del 20% en los ingresos previstos por la emisión de visados de proyectos de viviendas y otros documentos, lo que significa que la actividad vuelve a caer. Con este panorama, la única salida que ven es la Inspección Técnica de Edificios (ITE), obligatoria este año para viviendas de más de cien años y protegidas, que no termina de arrancar, y la declaración del Asimilado al Fuera de Ordenación (AFO), figura contemplada en el decreto de la Junta para viviendas de suelo no urbanizable y que el Ayuntamiento quiere aplicar también en las casas en vías de legalización. El AFO permite la inscripción en el Registro de la Propiedad y da posibilidad de servicios en viviendas que cumplan condiciones de habitabilidad, que certificarán los arquitectos. El colegio ya ha organizado cursos para abordar estas dos vías de trabajo. De hecho, este mes habrá uno dedicado a la ITE. A pesar de las esperanzas puestas en la ITE, cree que no será fácil, sobre todo si hay que acometer obras en el edificio y los propietarios se niegan. Entonces, "el problema lo tiene el propio Ayuntamiento", que debe intervenir por ejecución subsidiaria, "pero tampoco tiene dinero, por lo que es un círculo vicioso".

La rehabilitación es otra de las salidas pero, según Romero, "se tropieza con el problema de la falta de financiación". Romero asegura que "los bancos tienen que vender sus viviendas", por lo que ejercen una gran competencia al ofrecer sus pisos y financiación para los mismos. Ni siquiera los proyectos más viables en tiempos de crisis, las autopromociones, están teniendo el camino fácil, ya que, según asegura, los bancos miran con lupa a cada autopromotor. Lo peor, añade, es que "no se ven perspectivas, hay promociones hechas y sin terminar y la gente no compra porque no hay crédito y eso es un problema gravísimo".

En esta situación, que golpea tanto a jóvenes como a mayores con familias a su cargo, el Colegio de Arquitectos "está potenciando la formación".