Isabel Ambrosio fue elegida ayer alcaldesa de Córdoba. Es la octava desde la democracia y la primera del PSOE en este periodo. En su toma de posesión dijo que quiere que el "diálogo y el consenso sean las señas de identidad" del nuevo mandato municipal, a la vez que prometió transparencia, trabajar para que nadie se quede atrás, mantener los proyectos de su antecesor que, tras ser analizados, sean rentables y beneficiosos y dar cumplimiento al acuerdo programático pactado con IU, a la que agradeció especialmente su talante, y Ganemos, al que volvió a ofrecer su incorporación al nuevo equipo de gobierno del Ayuntamiento de Córdoba. Anunció que su gobierno "va a poner el acento en las personas y en sus problemas" y que se abre un tiempo nuevo "liderado por un gobierno con cabeza y corazón, que frene en seco las políticas de recortes insensibles, como único camino para salir de la crisis y ser eficaces económicamente".

Ambrosio inició así su "cambio tranquilo y sensato", que son las dos expresiones que ha utilizado en la campaña y después de las elecciones municipales del 24-M con un discurso equilibrado y respetuoso, en el que agradeció los respaldos que le han dado los quince votos que han permitido su investidura por mayoría absoluta, expresó su convicción de que podrá pilotar un gobierno estable desde esa minoría de 11 concejales que configuran el gobierno local y mostró como objetivo principal el "resolver los problemas reales de la gente".

Se ha puesto así en marcha el décimo mandato municipal tras una votación nominal en la que la lista más votada, el PP, dio sus 11 votos al anterior alcalde, José Antonio Nieto, mientras que los siete concejales del PSOE, los cuatro de Ganemos y los cuatro de IU ofrecieron esos quince sufragios a Isabel Ambrosio, en tanto que los dos votos de Ciudadanos fueron para su portavoz, José Luis Vilches, y el representante de UCOR, Rafael Serrano, se abstuvo.

La sesión constituyente del nuevo Ayuntamiento de Córdoba se desarrolló sin incidencias, con extremada cortesía, sin exabruptos ni malas formas, una placidez a la que contribuyó mucho la actitud del alcalde saliente, Jose Antonio Nieto, que tuvo una intervención muy elegante durante su discurso. En el vestíbulo del Ayuntamiento, donde se habían colocado butacas y una pantalla para seguir la sesión, había colectivos ciudadanos, especialmente los relacionados con el centro Rey Heredia y la Acampada Dignidad, que se mantuvieron sin más alharacas que alguna pancarta en las puestas del Ayuntamiento y aplausos dirigidos sobre todo a los portavoces de Ganemos e IU, Rafael Blázquez y Pedro García, respectivamente. Este último será el nuevo primer teniente de alcalde de la Corporación, tras el pacto de gobierno bipartito en minoría alcanzado por el PSOE e IU en este primer tramo de mandato, pues no se descarta que Ganemos se sume al ejecutivo local. Para ello, los socios de gobierno han tendido la mano a la agrupación de electores.

Todos los alcaldes anteriores (Julio Anguita, Herminio Trigo, Manuel Pérez, Rafael Merino, Rosa Aguilar y Andrés Ocaña) asistieron a la sesión, departieron con los los concejales y asistieron al momento en el que Nieto entregó a Isabel Ambrosio el bastón de mando de la ciudad, que inmediatamente ella, caminando unos pasos, mostró a todos los asistentes, recibiendo su aplauso.

LINEAS DE TRABAJO En su discurso de investidura, la alcaldesa, Isabel Ambrosio, indicó que con el nuevo gobierno se inicia "un nuevo tiempo" en el que "vamos a realizar un cambio profundo en las formas de gobernar", pero también en "las políticas que va a desarrollar el Ayuntamiento y en las prioridades que debemos fijar". Por ello, y con la intención de hacer políticas para que nadie se quede atrás, Ambrosio fijó cuatro líneas de trabajo para lo que denomina gobierno del cambio: la recuperación de los derechos sociales, el desarrollo económico y el empleo, la defensa de un modelo de ciudad habitable y sostenible y la participación ciudadana y la transparencia.

GOBIERNO DE CAMBIO Ambrosio recordó que su organización tiene suscrito con Ganemos e IU, formaciones que avalaron su investidura, un programa con 51 medidas que, según dijo, son el reflejo de ese cambio que los cordobeses venían reclamando desde hace tiempo". Un cambio, en su opinión, que pone "a las personas y a sus necesidades en el centro de la acción política del Ayuntamiento y que nos permitirá salir a todos juntos de la crisis sin dejar a nadie atrás".

Para ello anunció que tomará medidas en favor de las familias que peor lo están pasando con la crisis, que incrementará fondos públicos, humanos y materiales para atender situaciones de necesidad en materia de alimentación, vestido, educación, suministros básicos y vivienda. Pondrá en marcha planes de empleo. Hizo hincapié en la innovación y el emprendimiento, como en que impulsará el comercio, turismo y la construcción a través de la rehabilitación, la exportación y la economía social.

Defendió el carácter público de las empresas municipales y afirmó que tratará de recuperar aquellas que se han privatizado.

La alcaldesa aseguró que, contando con la responsabilidad de todos los grupos, "vamos a ser capaces de dibujar un mandato de grandes avances sociales y económicos para Córdoba".