El narco Juan Manuel Muñoz Luévano, el Mono Muñoz, ordenó desde España matar a una mujer de la Fiscalía mexicana y dar palizas a morosos, según se desprende de las conversaciones pinchadas por la Policía, en las que habla de sus relaciones con políticos y de fiscales puestos a sus órdenes. Este narcotraficante mexicano fue detenido en España el pasado 18 marzo a instancias de la Fiscalía Anticorrupción, que acordó su arresto dos días después de recibir un informe policial con una conversación en la que hablaba del presunto asesinato.

El extenso informe de la UDEF, que figura en el sumario del caso recoge las actividades delictivas de Muñoz Luévano en España, desde donde este «gran narcotraficante» -como le califican las autoridades estadounidenses, que han reclamado su extradición- manejaba sus «negocios» en México. Fue, según EEUU, un «miembro importante» del cártel de Los Zetas, «vinculado a políticos mexicanos de alto nivel», entre ellos Humberto Moreira, expresidente del PRI detenido en España el pasado enero y puesto luego en libertad. Mantenía «relaciones de negocios con varios cárteles mexicanos de narcotraficantes» como Los Zetas, Sinaloa (del capo Joaquín «el Chapo» Guzmán), del Golfo y Beltrán Leyva.

En el informe policial de este delincuente, también apodado Ingeniero, figuran pinchazos desde el 2013. Es una conversación con su sobrino Salomón Ayup Muñoz, Monchis, acerca de una orden de detención contra este último por el secuestro de una persona de otro clan de narcos en la localidad de Matamoros.

Según la transcripción, su sobrino le intenta tranquilizar diciéndole que la persona de la Fiscalía que lleva ese asunto «es camarada» y amiga de su «compadre», porque la habían «ayudado mucho», pero Muñoz Luévano le replica que esa mujer no les había avisado y que debía matarla. «Si es su amiga, ¿por qué no le han avisado? Usted siempre... si, si no le haga la confianza. Entonces si...¿no mas pregúntele a su compadre? Y si no, pues para que vaya usted y la mata ahí», le dice a su sobrino, ante lo que este pregunta de nuevo: «¿Que la declaren y todo para que la maten?». «Sí, sí, sí. Esa es la más correcta, mi hijo», responde Muñoz.

Esta no es la única orden que da Muñoz desde España. En noviembre del 2014 mandó dar una paliza e incendiar la licorería en Saltillo de un hombre con el que mantenía un litigio, entre otras actuaciones delictivas.