El AVE que enlazará Madrid con Barcelona y la frontera francesa no sólo no arranca ni a la de tres, sino que su factura está resultando cada vez más abultada. El coste de las obras se ha disparado en unos 2.500 millones de euros (más de 416.000 millones de pesetas), lo que significa un 38% más de las previsiones iniciales. Proyectos defectuosos, cambios de trazado, planes iniciales poco realistas y una mala dirección técnica se apuntan como algunas de las causas de este desbarajuste presupuestario.

Un informe interno del Ministerio de Fomento al que ha tenido acceso este diario revela que, a fecha del pasado 30 de mayo, "la estimación de presupuesto para el total de la línea asciende a 9.119 millones de euros (1,517 billones de pesetas)", cuando en los documentos distribuidos por el Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF) entre 1997 y 1999 se cifraba la inversión inicial necesaria en "1,1 billones de pesetas" (6.611 millones de euros). La diferencia es el abultado incremento.

REVISIONES DE CONTRATOS

Curiosamente, en los informes y el resto de la documentación pública elaborada por el GIF a partir del 2001 se suprimió toda referencia a los costes globales de los trabajos. Ni en la web de Fomento, ni en la del ente gestor es posible hallar un solo dato al respecto. Se diría que la gigantesca obra no costará ni un euro al erario público.

Este diario comunicó hace más de una semana a los portavoces oficiales de Fomento que disponía de las cifras e intentó recabar una valoración, pero, tras repetidas llamadas, la única respuesta obtenida fue: "No podemos hablar de esta cuestión".

Dado el oscurantismo con el que trabaja el ministerio, no es fácil llegar a conocer las causas de los abultados desvíos. Un informe de fiscalización elaborado por el Tribunal de Cuentas en julio del año pasado sobre todas las adjudicaciones efectuadas por el GIF en los años 1999 y 2000 da algunas pistas.

El dictamen advertía ya entonces de que un gran número de contratos se estaban modificando al alza por deficiencias de los proyectos. El tribunal cita, por ejemplo, el contrato de accesos a la estación de Lérida que, tras sufrir varias modificaciones, pasó de 5.169 a 5.950 millones de pesetas (de 31,06 a 35,76 millones de euros). También recoge que en la estación de Zaragoza se introdujeron "una serie de precios" que "no tienen antecedente ni justificación".

AUN PUEDE CRECER

Los cambios de trazado derivados de pactos con ayuntamientos y comunidades autónomas, así como los fallos a la hora de detectar problemas geológicos, podrían haber contribuido también a engrosar la factura que, de todos modos, no es ni de lejos la definitiva. Esta podría ser mucho más alta porque hay tramos que ni siquiera se han adjudicado.

Para el tramo de la línea Lérida-Madrid se ha pasado de una previsión inicial en 1996 de 3.440 millones de euros a 4.198. Un aumento del 22%.