Alemania ha empezado a debatir sobre la flexibilización del secreto médico para las profesiones consideradas de riesgo tras las revelaciones y rumores sobre el estado de salud de Andreas Lubitz, el copiloto de 27 años de Germanwings que voluntariamente estrelló su avión contra los Alpes franceses. Según la fiscalía de Düsseldorf, Lubitz estaba enfermo y no debería haber estado en la cabina de la aeronave debido a una baja médica que había mantenido en secreto.

En base a estas informaciones, varios políticos alemanes, como Dirk Fischer, experto en temas de transporte del partido conservador de la cancillera Angela Merkel (CDU), reclamaron que los pilotos, igual que otros oficios sensibles, "consulten solo a médicos designados por sus empresas". Estos profesionales "deberían ser liberados de su obligación del secreto médico en sus comunicaciones con la empresa y las autoridades de aviación civil".

DEBER Para el diputado socialdemócrata Karl Lauterbach, profesor de medicina, está claro que un médico "tiene el deber de informar a un empleador sobre la incapacidad de un empleado para trabajar" en el caso de que sea responsable de la vida de otros. "Y especialmente en caso de enfermedades mentales y de un riesgo de suicidio potencial", insistió.

Las reglas de la Asociación alemana de médicos son claras en esta materia. "Los médicos deben guardar silencio sobre lo que se les ha confiado o lo que llegan a saber en el ejercicio de la medicina". La vulneración de este secreto, que continúa vigente tras la muerte del paciente, se castiga con penas de cárcel y multas.