El feminismo, como sabemos, es un movimiento que busca la liberación de las mujeres. Eso así, simplificando. En realidad, el feminismo parte de ahí para ampliarse, gracias a los diálogos con diferentes reivindicaciones y movimientos, y enriquecer su mirada para analizar sus propuestas y para construir, atendiendo a la diversidad de identidades de género, por ejemplo. También se alimenta de y alimenta a la ecología, la configuración de las ciudades, la solidaridad...

Hablar de liberación de las mujeres es hablar de toda la estructura social y toda clase de relaciones que se dan entre las personas. Es decir, hablar de liberación de las mujeres es hablar de cada vez más aspectos y detalles de la vida (la cotidiana, la política, la laboral, la relacional, la...).

La igualdad, lejos de lo que dicen unos cuantos, está muy lejos de lograrse. Las mujeres dedican diariamente 2,5 horas más al día que los hombres a tareas domésticas y de cuidado, 1,4 horas menos al trabajo remunerado y 1 hora menos al ocio y el tiempo libre, según recoge el informe Spanish Gender Gap, de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea); el 70% de las personas que viven en la pobreza son mujeres; solo entre el 1% y el 3% de las mujeres empleadas son propietarias de una empresa. Eso sin hablar de los feminicidios que se producen día tras día, tanto en nuestro país como en el mundo en general.

También dentro de los movimientos sociales, ONG, etc. podemos encontrar numerosos ejemplos que demuestran que la igualdad aún nos queda lejos. Si los movimientos sociales y muchas ONG que se construyen como sujetos de transformación social hacia una sociedad más justa, sostenible, equitativa y solidaria, muestran desigualdades en su seno, ¿qué no encontraremos en el resto de espacios que, sencillamente, se contentan con mantener el status quo?

Dice el informe anual de la coordinadora estatal del año 2016 que el techo de cristal pesa sobre las trabajadoras de las ONG: mientras el 70% del personal de las ONG son mujeres, solo el 30% ocupa cargos directivos.

Dicen los resultados del taller de revisión de inercias patriarcales celebrado en el encuentro de Lxs Rebeldes se Juntan, en el CS Rey Heredia en enero, que los hombres siguen siendo los protagonistas en las tomas de decisiones y las mujeres las principales encargadas de las tareas de cuidados, tanto los cuidados hacia los colectivos, como los cuidados hacia la familia, permitiendo así que el «marido pueda hacer la revolución».

Por todo eso y mucho más, se hacen necesarios los espacios de análisis --de la realidad--, de deconstrucción --de las inercias patriarcales-- y de construcción --de una nueva realidad más justa y equitativa--, principalmente cuando esos espacios son colectivos. Compartir con otras personas nos enriquece, nos fortalece, nos empodera, nos mantiene, nos lleva a la acción... Necesitamos, de manera urgente, espacios de reivindicación y también de celebración feminista, desde el feminismo, para el feminismo.

Por eso, desde Córdoba Solidaria se ha decidido abordar los feminismos en el 25º aniversario de la Feria de la Solidaridad. Porque la solidaridad o es feminista o no es solidaridad. Porque hay mucho que trabajar y, aunque a veces se hace cuesta arriba, trabajar desde el feminismo tiene grandes ventajas, y no sólo para la sociedad en su conjunto. En este proceso de preparación de esta Feria de la Solidaridad el aprendizaje, las risas, la creatividad, el empoderamiento, el conocerse más unas/os a otras/os, el empoderamiento y la sensación de estar haciendo algo importante invade cada poro de la coordinadora de colectivos sociales.

Este año, la ciudad de Córdoba está on fire. Las jornadas de la paz de Distrito Sur se centraron en los feminismos; la manifestación del 8 de marzo fue masiva; la segunda edición del Enmujecer Fest fue un exitazo; en mayo, la Feria de la Solidaridad centrada en los feminismos; también en mayo, se celebrará el encuentro Las Rebeldes se Juntan, para seguir caminando hacia la transformación en y desde los movimientos sociales; en junio tendrá lugar la marcha de Mujeres Tejiendo la Paz; y varios eventos más, que no enumero por no abrumarnos con tanta lectura.

Solo nos invito a pasearnos por las calles, sabiendo que la noche y las calles también son nuestras, y a visitar estos eventos. La revolución (y la solidaridad) será feminista o no será.

* Representante de Córdoba Solidaria