La plazuela o plaza del Moreno era una modesta plaza empedrada, de carácter irregular, del antiguo barrio del Matadero Viejo cuyo emblema más significativo era una modesta cruz de hierro sobre un monolito de ladrillo encalado que existía en el centro del lugar, el cual fue destruido por un gran camión que chocó contra él, siendo su cruz recogida por un vecino que la conservó para evitar su pérdida. Cuando se produjo la remodelación de la barriada siguiendo las directrices del Plan de Reforma Interior de 1961, que proyectó la unión de la Avenida del Obispo Pérez Muñoz (hoy, de las Ollerías) con la de América a través de la calle Molinos Alta y permitió la transformación del caserío tradicional en los actuales bloques de viviendas, la plaza estaba condenada a su desaparición debiendo haber sido absorbida por la nueva Avenida de los Molinos, antigua calle Molinos Alta.

Sin embargo, cuando se fueron a realizar las obras de urbanización de la nueva barriada en 1984, a petición de la Asociación de Vecinos, el director de las obras, don José María Carrere Carrasco, aceptó la propuesta de conservación de la antigua plaza del Moreno remozada, proyectando en el lugar un pequeño jardincito cuyos parterres se cerraban con muretes de ladrillo rojo visto rematados por placas de mármol blanco de Cabra, y en cuyo centro se colocó la antigua cruz de la plaza sobre una preciosa columna de mármol blanco de su propiedad que donó al barrio, que ubicó sobre un monolito de ladrillo rojo visto, tal como hoy se encuentra.

Habiendo transcurrido ya casi tres décadas de su construcción, por diversos motivos: un accidente de tráfico en el que un camión se empotró contra el muro frontal del jardincito, algunos actos de vandalismo y los efectos de la propia antigüedad y el uso, las placas de la cubierta de los muros de los parterres del jardincito de la plaza han sufrido un notable deterioro: se han levantado y muchas de ellas se han quebrado o han desaparecido por lo que se hace necesario una reparación para acabar con la sensación de abandono y dejadez que el lugar ofrece.

La Asociación de Vecinos Torre de la Malmuerta, en diversas ocasiones y en distintos foros, ha solicitó su reparación y se llegó, incluso, a prometerse por la anterior Corporación su arreglo, pero ha pasado el tiempo y no ha llegado a realizarse, por lo que los daños se han ido incrementando y lo van a seguir haciendo si no se pone freno al deterioro actual. Teniendo en cuenta de que se trata de mejorar la imagen urbanística de un lugar céntrico y emblemático de la ciudad, ampliamente concurrido, que está junto a un entorno monumental (Torre de la Malmuerta), que posee cierto encanto y tipismo, y que los costos de esta mejora no son excesivos, entendemos que se hace preciso su inmediata reparación, con lo que, además, se evitaría la degradación de lugar y con él gastos mayores en el futuro.

Jesús Padilla González

A. V. Torre de la Malmuerta (Campo de la

Merced) Córdoba