Un artículo del periodista Antonio Navalón en El País, en el que criticaba a la generación de los millennials (o generación Y, más o menos los treinteañeros actuales, principales sufridores y disfrutadores de la transición tecnológica) a los que acusaba de pasividad, desinterés y querer que se lo dieran todo resuelto, provocó ayer tales reacciones en las redes sociales que ha sido noticia más allá de su formato. No solo los que se han dado por aludidos, sino gente de todas las edades ha buscado todo tipo de argumentos (incluidas las quejas de Sócrates sobre la juventud) para rebatirlo, además de bromas de todo tipo y, como ocurre siempre en las redes, descalificaciones de trazo grueso. La reacción, al menos, desmiente en parte las tesis del autor.