El Demiurgo es un ser divino capaz de producir el Universo. No es dios porque dios no existe; solo lee en el libro de las Ideas y utiliza éstas como patrones para crearlo todo a partir de un caos de átomos, igual que el albañil construye un muro leyendo las instrucciones de su plano-

Acabo de recibir un aviso de correo electrónico marcado con la etiqueta de "mensaje indeseable" y el siguiente título: "Demiurgo significa constructor". Leo literalmente:

Querido Miguel. Me alegraré de que a la llegada de ésta te encuentres bien. Yo, bien, pero con mucha gana de verte. No tengas miedo. Este correo es posible porque lo envío a través de una cápsula de tiempo reverso; no le des más vueltas. Aquí, vivir es pensar, pensar es desear y desear es tener. Nada hay más sencillo. Hace un año decidí trasladarme a un pequeño apartamento en una solitaria base recién abierta en órbita estacionaria sobre el planeta Alfa Centauri Bc. Es una misión del laboratorio de Exobiología de la Agencia Mundial de Exploración Interplanetaria. Mi trabajo, al principio, se suponía emocionante; para ti, ahí en 2013, seguro que lo sería. Imagínate un proyecto de localización de planetas extrasolares similares a la Tierra, planetas con el potencial de albergar vida. Imagínate ahora que puedes crear toda una carta de precursores de la vida, sembrar esos planetas y observar la evolución. Es un proyecto de ciencia básica, y muy lento, pero así fue siempre, ¿no? La ciencia es siempre más grande que la vida de un hombre. Yo llevo media vida trabajando en esto y no le veo el fin. Empecé haciendo simulaciones de varias teorías de biohistoria de Marte; por cierto, un planeta donde ahora la atmósfera es tan respirable como la de la Tierra, aunque sin el inconveniente de las altas temperaturas que tienen allí como consecuencia de un calentamiento global alimentado por el aumento del CO2 y acelerado por una reducción simultánea del nivel de partículas sólidas en suspensión. Fíjate, incluso las buenas ideas tienen efectos contraproducentes.

Llevo no sé cuánto vagueando en un equipo de realidad virtual con neuroescáner y simulador táctil y olfativo conectados a mi portátil de 1000 xeraFLOPS. Al final lo he dejado por un ataque de vértigo. Me he sometido a un bioscan molecular y he detectado un nivel anormalmente alto de descarga de neurotransmisores en el nervio auditivo. Habrá sido del viaje. Es la primera vez que atravieso un agujero de gusano. Algo genético, seguro; ya me sugirieron someterme a terapia génica.

Este nanoconstructor de última generación es la leche. Va alimentado por su propio generador de energía de fusión y es capaz de hacer de todo. Y cuando digo todo quiero decir eso: TODO. Ya se sabe que los nanoconstructores ensamblan estructuras molecu-lares y fabrican cualquier producto. El mío viejo hace lo que necesito para subsistir solo en mi destino. No sé cómo podéis vivir sin nanoconstructores. Ropa, comida, robots electrodomésticos, todo lo que necesito lo tengo con solo suministrar la información al sistema, y la información es de libre disponibilidad en Supernet. Pero es que el nanoconstructor v10.0 ha dado un paso definitivo: sabe sintetizar organismos vivos complejos. Y eso, acoplado a un sistema de teleportación, me permite reconstruirme, deslocalizarme, e incluso estar en varios sitios a la vez. Me queda la duda de si seguiré siendo yo mismo. La verdad es que te hablo y siento como si estuviera pensando aquí dentro de ti.

Y no te preocupes, que superaréis ésta y otras crisis. Cómo, si no, iba a estar escribiendo yo este mensaje desde algún lugar en el futuro tan lejano y tan cercano a la vez.