La pensadora e investigadora británica, referente internacional en el estudio comparativo del islamismo, el judaísmo y el cristianismo, fue galardonada ayer con el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2017 por su rigor científico y por tender puentes entre religiones. Fue monja católica durante siete años y está considerada la máxima autoridad en religiones abrahámicas.