Las redes sociales están que echan chispas desde que el europarlamentario holandés Daniël van der Stoep, miembro de la Comisión de Desarrollo del Parlamento, así como de la Subcomisión de Derechos Humanos y de la Delegación para las relaciones con Sudáfrica, ha denunciado mediante una vídeo entrevista el derroche que supone la susodicha cámara. Los datos son apabullantes, indignantes, sobrepasan todo lo imaginable e incluso lo que ya sabíamos a media voz. El moderno, inmenso y caro de mantener edificio situado en Estrasburgo sólo se utiliza cinco veces al mes, permaneciendo absolutamente cerrado los otros 25 días. Aun así, los afortunados políticos que por allí pululan disponen de coches de gama súper alta incluso para el ocio. En cuanto a su sueldo medio, asciende a 6.200 euros netos mensuales, más 4.200 para gastos generales sin necesidad de justificación, más 21.000 para contratar a personal de apoyo; para los desplazamientos, el kilómetro se les paga a 0´49 euros (la media en España está en 0´14), más un plus de más de un euro por cada kilómetro que se viaja y tiempo que se está en el coche; sin contar otros 300 por cada día que acuden al Parlamento; y los jueves terminan su trabajo hasta el lunes. La pensión que les queda a los angelitos es lo peor, porque sólo les corresponden 1.250 euros mensuales al cumplir los 63 años, eso sí, por sólo 5 años de cotización. La cosa no acaba aquí, los bufets, desayunos y almuerzos llevan champán y vino de grandes marcas. ¿Gratis?, no, lo que cuesta todo ese derroche lo pagamos usted y yo. Mi voto no va a mandar más caraduras a Europa.

* Profesor