Hoy, el alma de un barrio regresa a su ser, colmándolo de ilusión rogada en sentidas oraciones. La Señora de Las Angustias vuelve a San Agustín. Un barrio tan castizo como denostado por las autoridades. Ya fue un sueño hecho realidad ver las obras de una Iglesia que guardaba su belleza en silencio. Llegó el día en que su rostro de nuevo fue orlado por estrellas de filigrana. Su alma tan humildemente rica, soñaba abrir sus brazos a la Señora de Las Angustias y ese día por fin llegó. Agradezco a la Junta de gobierno, y a todos los votantes, la sensibilidad que han tenido con el barrio y estoy seguro, buscar en la resolución, la vuelta a lo primigenio, desoyendo motivos terrenales y escuchando los espirituales. Hoy muchas familias y ancestros de ellas oraremos haciendo entre el cielo y la tierra un cordón de plata. La devoción que San Agustín siente por las Angustias.

José Antonio Guzmán Pérez

Córdoba