Cuando el sol hace brotar las gitanillas, las calles del barrio de La Cruz rebosan de montillanos atraídos por ese estallido de luz, color y alegría que inunda una de las zonas más entrañables de la localidad. El tiempo parece detenerse en esas añejas calles, que siguen siendo adornadas con unas banderitas multicolor que cumplen la agradecida función de toldo veraniego. Calles angostas, atestadas de macetas primorosamente cuidadas, que el primer sábado del mes vieron pasar el tradicional desfile de cruces. Un pacífico ejército de niños, que al inveterado grito de "Viva la Cruz de Mayo, San Felipe y Santiago", partieron en procesión desde el colegio Salesiano, para concluir en el Llanete de la Cruz, ese "kilómetro cero" de esta fiesta de la primavera montillana.

Sería difícil concebir el barrio de la Cruz sin esa legión de niños que, pedidor en mano, acompañan a un sinfín de pequeñas cruces que, este año, hicieron alusión a unos de los montillanos más ilustres de la historia: Gonzalo Fernández de Córdoba, El Gran Capitán , del que se conmemora el quinto centenario de su fallecimiento en Loja (Granada).

El barrio de la Cruz es el primer fin de semana de mayo un hervidero de montillanos que acuden en masa a participar en alguna de las actividades que la asociación de vecinos La Silera prepara para la ocasión. Gracias a este colectivo y a la colaboración del Ayuntamiento, la Fiesta de la Cruz ocupa actualmente el lugar que nunca debió perder. Desde finales de los ochenta, los vecinos de esta zona han tomado las riendas de esta tradición hasta consolidar este evento en el calendario.

Desde las actuaciones musicales en el Llanete hasta la trigésima edición del Festival Flamenco, las actividades preparadas por la Asociación de Vecinos La Silera fueron tan numerosas que ningún montillano tuvo excusa para no pasearse por las calles del barrio de La Cruz.

Pero la fiesta también tiene un carácter reivindicativo. El estado en el que se encuentran muchas de las fuentes y pozas del término municipal de Montilla llevó a la Asociación de Vecinos La Silera a dedicar la edición 2015 de este popular evento a estos enclaves naturales que, desde hace meses, presentan un evidente estado de abandono. "Es clara la transcendencia de respetar, cuidar y mejorar el medio ambiente ahora y, sobre todo, para el futuro", sostuvo el colectivo vecinal, que abogó por "tomar mayor conciencia de que las muchas y variadas fuentes que existen en nuestro municipio no deben ser olvidadas ni abandonadas, sino recuperadas para el disfrute general". Según un inventario realizado en 2010 por la Universidad de Granada y la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, el término municipal de Montilla cuenta con 30 fuentes o pozas, muchas de las cuales presentan un evidente estado de abandono. "Las generaciones de más edad pueden dar fe de todo lo que han supuesto y servido para la vida de este pueblo cuando, no hace tanto tiempo, no teníamos un grifo al alcance de la mano", apuntó La Silera, para cuyos miembros "hay buenas razones para señalar y pedir una mayor recuperación de las fuentes y su entorno".