Culmina un año extremadamente difícil y ahora, por fortuna, parece atisbarse, aunque de forma muy débil, un cambio de tendencia en la economía. Muchas familias lo están pasando muy mal debido a las alarmantes cifras de un paro despiadado que les ha sumergido en un pozo de pobreza. Por fortuna, con la llegada de estas fechas, la solidaridad echa una mano a quienes menos tienen, pero la solución tiene que venir de un despegue de la actividad, y para eso hace falta incentivar el esfuerzo, la iniciativa y la creatividad.

Dios quiera que tras el siempre recomendable paréntesis navideño, en el que no podemos ni debemos olvidarnos de los menos afortunados, el año nuevo venga cargado de ilusión, esperanza, solidaridad y salud para todos. Son los requisitos imprescindibles para empezar a avanzar hacia un tiempo mejor, una nueva etapa en la que, sin duda, se han de aplicar medidas contra todo aquello que nos condujo a una ruinosa burbuja inmobiliaria y a un desarrollo sin orden ni control de los seguimos pagando los platos rotos. Ahora es es el momento de iniciar un ciclo de crecimiento sostenible y de no caer en los mismos errores. Que tengan unas felices fiestas y un año nuevo cargado de bienestar para todos.