Entre 700 y 900 muertos ahogados intentando llegar a Europa en pocos días.El drama no acaba en el Mediterráneo, simplemente, se desplaza. Procedentes de Libia, en una semana han llegado al sur de Italia 12.000 inmigrantes y cerca de un millar se han dejado la vida.

Son cifras provisionales del Alto Comisariado para Refugiados de la ONU (ACNUR) y de Médicos sin Fronteras (MSF), organización presente en la zona mediterránea con naves propias. Los datos que aportan constantan la gravedad de la crisis. Una menor ha debido ser atendida por haber sufrido varias violaciones durante el trayecto por mar, 15 mujeres están embarazadas y, en los tres últimos naufragios, han muerto, al menos, 40 niños. Según los médicos que han realizado las primeras inspecciones, “numerosos” emigrantes presentan señales de torturas, sufridas en Libia antes de ser embarcados. “La violencia sexual también se comete contra chicos jovencísimos”, explica Paola Mazzone de Médicos Sin Fronteras.

Carlotta Sami, representante de ACNUR, ha explicado que el alto número de emigrantes rescatados “no guarda relación con el cierre de la llamada “ruta balcánica” (Turquía-Grecia-Macedonia)”. Entre las personas socorridas “hay muy pocos sirios que ya vivían en Libia” y “la mayoría son emigrantes económicos, procedentes de países subsaharianos, Egipto y del Cuerno de África”, ha ilustrado Sami.

Tras el desembarco, las autoridades italianas han arrestado alsudanés Adam Tarik, de 28 años, considerado uno de los timoneles de las barcazas y, junto con él, han sido detenidos como cómplices un ganés de 20 años, un nigeriano de 28 y un menor de 16.

REBAJAS EN LAS TRAVESÍAS

El organizador de los viajes que han acabado en naufragio esta semana responde al nombre de Osama, de entre 30 y 35 años, libio de nacionalidad. “Actualmente se parte de Libia con solo 400 euros, precios con descuentos del 50% respecto a los meses anteriores”, explican los emigrados, lo que según los investigadores italianos obedecería a un política “de rebajas para incentivar el éxodo”.

Los escalofriantes relatos de los supervivientes incluyen torturas y ejecuciones sumarias de quienes se rebelan durante la espera en Libia. En el cuartel general de Osama, que cuenta con corresponsales reclutadores en Niger, Benin y EgiPto, habría, según los testimonios, unas 1.500 personas a la espera de ser embarcadas, a las que los guardianes dan “una comida al día y un poco de pan”.

Antes de Osama, los fiscales sicilianos habían descubierto que su labor la realizaba un etíope llamado Ermias Ghermay, organizador, entre otros, del viaje que en octubre de 2013 producjo la muerte de 366 emigrantes frente a la isla de Lampedusa. Su rastro termina actualmente en Dubai, donde habría depositado el dinero acumulado en años de viajes ilegales.