Muy cerca del polideportivo Pisuerga, donde escribió las páginas más gloriosas del Valladolid, Gonzalo García Téllez, más conocido como Lalo García, apareció flotando ayer en el río que da nombre al pabellón de baloncesto en el que aquel escolta de 1,87 alcanzó la categoría de ídolo para un público que ahora llora la pérdida del deportista de 44 años. Lalo se fue de casa el pasado día 4. Iba a dar un paseo. Salió sin móvil ni cartera. Ayer un piragüista encontró el cadáver.

El baloncesto español está de luto. Se le ha ido una gran persona y un excelente jugador. El carisma de Lalo conseguía poner de pie al público del pabellón que veía cómo esa camiseta morada con el número 5 viajaba de canasta a canasta a una gran velocidad. Conseguía puntos inverosímiles contra rivales de mayor envergadura. Después de dar tantos días de gloria al baloncesto vallisoletano y al equipo de su vida, en el que debutó en 1987 a los 17 años para firmar 13 temporadas y convertirse en el jugador con más partidos: 389 y el máximo anotador, con 2.732 puntos, la camiseta de Lalo fue retirada y colgada del cielo del pabellón hace 11 años, el 20 de marzo del 2004 cuando cumplió 33 años. Jugó en la mejor época del club y coincidió con el gran Arvyras Sabonis.

Por las lesiones

Tres años antes, el escolta, internacional absoluto en ocho ocasiones, había dejado el baloncesto por las lesiones. Nada hacía pensar que un deportista de su nivel fuera a tener problemas, pero después de entregar su vida a la ciudad y a sus amigos, al malogrado jugador no le iba a esperar un camino de rosas. Todo lo contrario porque a Lalo García le aguardaba un destino trágico tras la decisión judicial de intervenir Fórum Filatélico por estafa, blanqueo de capitales, entre otros delitos. Allí trabajó desde el 2001. Tomó el relevo de su padre en la empresa, pero acabó arruinado. Hubo quien pensó que el jugador estaba detrás de toda la trama que rodeó a la empresa, pero no fue así porque Lalo había comprometido no solo su dinero, sino el de familiares y amigos.

Todo aquello comenzó a nublar su mente. Fue director deportivo del equipo de Valladolid en el 2007, pero un año después el club rompió la relación laboral con el exjugador. A partir de ahí, Lalo comenzó a dar tumbos. Encontró trabajo como chófer en una empresa de seguridad y, posteriormente, en varios sitios más.

Todo fue efímero y comenzó a refugiarse en el alcohol. Pese a ello, nadie pensaba en un final tan trágico en un padre de dos hijos. Su cuñado, el también jugador Mike Hansen, le envió un mensaje a través de Twitter. "Eres el mejor que jamás he visto al contraataque. No corras más y vuelve con tu madre e hijos", le escribió Mike.

Consternación en la ACB

Gustavo Aranzana, entrenador del jugador fallecido, reveló que Lalo le comentó que "si las cosas seguían así, iba a cometer una locura". Nada más conocerse la muerte del exjugador, los clubs de la Liga Endesa mostraron su consternación. También jugadores en activo, como Nacho Martín, del Estudiantes, paisano y amigo del desaparecido escolta, expresaron su sentir. "Siempre ha sido y seguirá siendo un referente en el mundo del deporte. Gracias por inspirarme Lalo. Muy triste por esta terrible noticia", apuntó el ala-pívot vallisoletano.

La Federación Española de Baloncesto también dio el pésame por la muerte "del que fue un jugador internacional y al que todo el baloncesto español recordará por su trabajo". La ACB decreto la próxima jornada de luto, y dijo que Lalo era "una pérdida inmensa".