No dejaba de tararear la canción. "No será peor de lo que era, no será peor, seguro que es mejor". No pensaba en el Córdoba, sino en aquella gente que se atreve a cambiar, que busca revolucionar su vida de alguna manera. Volver a empezar.

Día uno.

El más fácil. Camisa blanca, pantalón oscuro y corbata verde. Zapatos de punta, negros. Todo se olvida y todo vale. En el primer día se tantea y se imagina. La ilusión generada no tiene mérito, se da por descontada. Detalles que antes no se tenían, ahora salen solos. ¿Pero cómo mantenerla? Corren. Ahora corren todos. Desaparece la desgana.

El vídeo.

Siempre hay alguien de fuera que graba el inicio con su móvil. Sigue impresionando. Cada vez sale mejor. Ese cante no cambia porque nunca se fue, lo único de Primera hasta el momento.

Día uno. Suerte.

Suerte con la pareja de baile. Tan fea como ella. Tal para cual. Así se disimula todo. ¿Todo? Juan Carlos se enreda con la red. Depresión. ¿Tan pronto? ¿En el primer día? Luso pide ánimo. ¿Más? Ahí no está el problema.

Vuelve el estribillo de la canción. "No será peor de lo que era, no será peor, seguro que es mejor". ¿Y si resulta que aún puede ser peor? Prefiere no pensarlo, pero ya han pasado 45 minutos, y nada. El primer día pronto se convierte en el 423, uno cualquiera, un continuo pitido de fondo, una pifia de Xisco. Alguien está a punto de romper un pupitre.

Vuelta al pasado. "¿Cómo puede fallar eso?" "En enero estamos en Segunda". "¿En enero? ¡Antes! ¡En el puente de la Inmaculada!". Pasadas las once y media la efervescencia del primer día ya se ha difuminado.

Sorpresa.

Queda la sorpresa del primer día. Xisco marca sin hacer nada, sin querer. "Menos mal que es de rebote, si llega a tener que darle la echa fuera". Al menos ya hay algo a lo que agarrarse.

Acaba la primera cita y en la vuelta a casa, otra vez a medianoche, se desprende esa sensación de que poco ha cambiado. Entre el jolgorio de motos que atraviesan el puente de El Arenal se cuela una bicicleta, unos cascos y música. "No será peor de lo que era, no será peor, seguro que es mejor".

La bici camina con lentitud.

No, no fue peor, pero aún queda mucho para poder acabar el estribillo.