Se aproxima el meridiano en el mercado de invierno y la crisis económica también invade al profesional del futbol, especialmente afecta de manera directa a los mas débiles donde los jugadores de Segunda División B, Tercera, etcétera, tienen problemas para pagar la luz, el agua, el alquiler o el colegio de sus hijos. Por ejemplo, a los jugadores del Racing de Santander les adeudan las mensualidades de octubre, noviembre y diciembre, y posiblemente tampoco cobren la parte proporcional de su ficha. A ello se une que los clubs de la Liga BBVA y Liga Adelante están insistiendo a la LFP para llevar a cabo un descenso del 10% del sueldo mínimo de los jugadores de la Liga Adelante, petición que posiblemente se apruebe en las fechas próximas. El mínimo salarial está estipulado por convenio en 60.000 euros brutos y pasaría a unos 54.000. Con la retención actual del 27,84% para esa renta del trabajo en una relación laboral de carácter especial (los profesionales pueden llegar a pagar hasta el 45% según la Comunidad en la que resida el jugador), el sueldo mínimo en Segunda División podría pasar a ser de 60.000 euros brutos a unos 38.947 euros netos. Esta medida no afectaría a la Liga BBVA, donde el salario mínimo del jugador es de 120.000 euros.

La AFE ha presentado denuncias de equipos de Primera y Segunda por casi 1.800.000 euros por impagos de clubs a jugadores, casos que corresponden a las reclamaciones de los contratos o aplazamientos que vencieron el pasado 31 de diciembre de 2013. Desde entonces, los clubs tenían un plazo de 48 horas para poder liquidar las cantidades pendientes. Transcurrido ese plazo, en caso de no ser abonadas, la LFP suspendería los derechos de esos clubs para poder firmar. Estas medidas posiblemente no afecten de manera extraordinaria a los jugadores de Primera División (la mayoría de jugadores tienen su futuro asegurado), los equipos de Segunda irán capeando el temporal y dependerán en muchos casos para sobrevivir de la clasificación y objetivos que obtengan a final de temporada y en la capacidad que tenga el club en caso de no cumplir los objetivos de vender sus activos más valorados en el mercado, aunque si venden todos los años los jugadores (activos) más valorados, nunca se va a potenciar ni obtener una estructura de equipo ni base consistente que le dé garantías para ser cada año más competitivos de cara a un futuro. Los clubs y especialmente los jugadores y sus familias que más van a sufrir la crisis económica actual por la que atraviesa el país, son los jugadores de Segunda B, Tercera, etc. Las denuncias sobre estos equipos se están convirtiendo en algo habitual. En el mes de diciembre se presentaron un total de 89 denuncias de jugadores por reclamaciones de impagos en Segunda B, con un total de 20 clubs implicados por un montante de unos 503.365,89 euros. Estos jugadores que en su mayoría dependen de ellos sus familias y viven del sueldo que el club les ingresa a final de mes, son los que necesitan ayuda (posiblemente el futbolista mejor pagado en Segunda B cobre unos 1.000 euros mensuales y el que menos 350 o 400 euros), especialmente los más jóvenes. Es muy importante para el jugador recibir consejos y apoyos que les permita dar un cierto equilibrio y seguridad mediante un plan de previsión social y una gestión integral en su carrera, donde no solo se observe y haga hincapié en el aspecto deportivo, sino también en la faceta económicopatrimonial que será al final lo que marque y le dé estabilidad y equilibrio al jugador y su familia en el presente y futuro. Según los últimos estudios el 80% de los jugadores cuando lleguen a final de su carrera serán "jóvenes" sin presente y con pocas posibilidades en el futuro de iniciar una nueva etapa en el mercado laboral.