Un triunfo que vale más que tres puntos se trajo el Córdoba de Miranda de Ebro, donde se dieron un cúmulo de circunstancias que llevaban tiempo sin darse, en concreto casi desde que comenzó la segunda vuelta, cuando el equipo de Oltra perdió fuelle y la inercia ganadora que lo mantenía entre los primeros clasificados.

Lo más positivo es que el Córdoba volvió a meterse en puestos de promoción. Está vivo en la pelea. Desde la jornada 33 que se salió, el Córdoba no se había vuelto a ver con una perspectiva mejor para cumplir el objetivo.

Además, los de Oltra consiguieron hacer buena la victoria ante el Elche. Desde el cierre de la primera vuelta, los blanquiverdes no conseguían enganchar dos victorias consecutivas.

Y es que el Córdoba volvió a sus orígenes ante el Mirandés: portería a cero y efectividad goleadora.

Los blanquiverdes han logrado meter tres goles o más en siete ocasiones en lo que va de temporada. Pese a que el pichichi no encontró portería, los blanquiverdes se coronan como el equipo más goleador de la categoría con 57 goles. El de Oltra marca casi un gol y medio por partido y ha encajado tres goles en los últimos siete partidos, lo que ha sido su hándicap en la segunda vuelta.

Además, pese a tener una defensa corta, los dos remplazos cumplieron. Tampoco es que empujasen demasiado los burgaleses, pero tanto Bijimine --que venía de jugar el domingo-- y Rafa Gálvez cumplieron de sobra. El cordobés, eclipsado por Luso en su posición natural, no disfrutaba de una titularidad desde Valladolid, cuando el equipo se vio totalmente superado por los pucelanos. Desde entonces, solo acumulaba minutos más o menos testimoniales. Mientras, Bijimine por fin disfrutó de una victoria con el primer equipo. El central del filial tuvo que esperar a su octava comparecencia con los grandes para ganar. No jugaba desde la derrota en El Arcángel ante el Albacete. Fue entonces la última vez que Oltra tiró del B.

Precisamente, buena parte de culpa tuvo el técnico en el triunfo en Anduva. Volvió a apostar por Víctor Pérez para el mediocampo, lo que permitió a Markovic desenvolverse en la mediapunta, donde se ha mostrado más efectivo que en el doble pivote (una asistencia de gol contra una pérdida peligrosa). El manchego no jugaba desde finales de febrero. Además, Cisma volvió a ser determinante, arriba y abajo.