El mensaje surgido en las redes sociales (y que desveló este periódico) desde el entorno de Pablo Villa al poco de consumarse la derrota ante el filial azulgrana y que señalaba al encuentro de esta tarde como un cara o cruz para el técnico blanquiverde centró la comparecencia semanal ante la prensa del técnico madrileño. Desde la configuración de la plantilla hasta los campos de entrenamiento. Tuvo que ser el propio entrenador del Córdoba el que recordara que "evidentemente, venimos de dos derrotas seguidas y eso hace que las sensaciones de duda puedan ser mayores". Pero la semana, cimentada por ese mensaje de una persona muy cercana al entrenador, obligaba a la insistencia de los periodistas y Villa no se movió de la línea marcada desde el comienzo de Liga: "La valoración que hago de la plantilla es la misma que hice en agosto, la misma. Hemos ganado en Riazor, hemos competido en partidos", recordó el técnico blanquiverde, que se centró tan solo en intentar precisamente que su equipo responda hoy en La Romareda. "Si hacemos las cosas bien tendremos opciones", aseguraba Villa. "Es un lujo trabajar con estos jugadores. Reproches hacia ellos, cero. Es un grupo de jugadores magnífico para entrenar y van a dar el máximo por este escudo. Con mayor o menor acierto", defendió el técnico blanquiverde.

Más allá del ruido que haya podido levantar aquel mensaje de hace siete días, el preparador blanquiverde recordó que "el Córdoba está por encima de cualquier presidente, de cualquier entrenador, de cualquier jugador", y señaló que la grandeza del club cordobesista está "en su masa social".

Aunque ante la insistencia de los periodistas, el de Alcorcón, recordando a Guardiola y la figura de los jefes de vestuario fue claro al asegurar que "esta profesión es más o menos efímera en función de los resultados". Eso sí, manifestó que seguirá "luchando por ser entrenador de élite", más allá de lo que pueda ser de él en el futuro. Un futuro tan efímero en su profesión como los números.