El Nástic recuperó al mejor Emaná en el momento idóneo. Resolvió con clase y mucho fútbol el veterano camerunés para aupar a sus compañeros a una gran victoria ante un rival directo por la permanencia. Juego de fantasía, por momentos, que recordó al joven jugador que deslumbró en Toulouse. Triunfo holgado del conjunto catalán (4-1) ante un Mirandés superado en todas las líneas que parece decir adiós a la categoría con la derrota en Tarragona.

EQUIPO PROTAGONISTA

El Nástic siempre fue el protagonista de un encuentro en el que vio, a pesar de ello, cómo los burgaleses encontraban primero el camino del gol. Sangalli se inventó un centro para que Álex García inaugurase el marcador a los diez minutos de juego. Revés que encajaron correctamente los locales que no decayeron en el intento y obtuvieron el empate en las botas de Xavi Molina tras un saque de esquina (m.38).

Dudas en el inicio del segundo acto entre la plantilla local que aprovechó el Mirandés para atizar nerviosismo a la grada del Nou Estadi. Un espejismo. Empezó a carburar la zona ofensiva local, con un colosal Emaná, que encadenó dos tantos prácticamente consecutivos de Sergio Tejera y Cristian Lobato (minutos 68 y 70) que sentenciaron el choque. El cuarto fue para el ídolo local, Emaná, que superó a Roberto con un excelso lanzamiento de penalti. Cambió el esquema táctico Juan Merino, tras dos derrotas consecutivas en casa, que dan la razón a aquellos que esperan en el Nou Estadi a un conjunto más ofensivo.