El Córdoba vuelve a estar en los octavos de Copa del Rey tras eliminar a un Primera. Lo ocurrido en El Sardinero y en Anoeta en el último lustro largo volvió a repetirlo el conjunto blanquiverde en La Rosaleda, en donde sufrió lo indecible, más de lo que pueda parecer también por el resultado, para superar al Málaga y reconectarse en la Copa tras unos años, pocos, en tono gris. Por ahora, los blanquiverdes son los responsables de la única eliminación de un equipo de Primera División y el encuentro, como era lógico, estuvo muy marcado por el resultado del choque de ida, en El Arcángel, lo que influyó muchísimo tanto en el planteamiento del Málaga como en la vistosidad del encuentro y en la brillantez del pase cordobesista.

Porque el Málaga salió con todo lo que tenía y enchufadísimo, con mención especial a Sandro Ramírez, que anotó dos de los tres goles locales y se topó con la madera en otras dos ocasiones más. Ya a los cinco minutos tuvo que ser detenido en el área pequeña por Razak y Bijimine. Fue solo un primer aviso de lo que vendría: un Málaga volcado, llegando al área, generando multitud de ocasiones. Mientras que el Córdoba no encontraba el sitio y por momentos se desordenaba (mérito más del rival que demérito de los de Carrión), el Málaga sumaba llegadas y ponía un nudo en la garganta. Ontiveros en el minuto 8, Rosales, junto a Santos, tres minutos después (Razak despejó a córner), incluso un balón de Ontiveros que pareció dar en el brazo de Rodas dentro del área... Era inevitable el gol local, y llegó de su hombre más activo: Sandro Ramírez recibía un enorme pase de Ontiveros para evitar a Razak en su salida y anotar el primero. El Córdoba tuvo tan mala fortuna que Rodas se lesionó en la jugada y tuvo que colocar Carrión a Luso como central. La perspectiva no cambiaba. Un disparo de Ontiveros se marchaba por centímetros lejos de su objetivo y Sandro sacaba una falta lateral que se estrellaba en la cruceta de la meta defendida por Razak. Pero los desajustes defensivos del Málaga fueron aprovechados por el Córdoba con unos contragolpes letales. El primero fue culminado por Piovaccari tras un pase de Guille Donoso y suponía el empate en el marcador. No pareció acusar el tanto el conjunto de un cuestionadísimo Juande Ramos, ya que Ontiveros volvió a poner a prueba a Razak (min. 32), y cinco minutos después, Sandro -cómo no- anotaba un golazo desde fuera del área, un balón muy complicado para Razak.

Lo mejor para los blanquiverdes, es que el Málaga volvió a conceder otra ocasión para ser pillado al contrapié, cosa que hicieron casi a renglón seguido, con un Pedro Ríos que estuvo notable toda la noche. Su disparo fue despejado por Boyko y el balón cayó en la zona de Piovaccari, que empujó a la red. Incluso con el segundo tanto en contra, los malagueños no bajaron los brazos y en apenas cinco minutos volvieron a generar dos ocasiones en los pies de Santos y de Sandro, que fueron respondidas por el Córdoba, claro está, a la contra, con un disparo de Piovaccari que Boyko desvió a córner. Una primera parte trepidante, con mucha posesión local cercando el área blanquiverde terminaba de la mejor manera: con un empate que debía dar no sólo esperanza, sino tranquilidad al millar de seguidores cordobesistas que se dieron cita en La Rosaleda.

En los primeros 20 minutos del segundo acto el encuentro continuó por los mismos derroteros. Llegadas claras malacitanas con el objetivo final desenfocado. Así, Sandro, Santos, Ontiveros, de nuevo Sandro, Chory Castro y, una vez más, Sandro, tuvieron ocasiones para desnivelar el marcador. En tres opciones apareció Razak, en otras dos, la falta de acierto de los delanteros blanquiazules y en otra, ayudó por segunda vez el palo.

Y el Córdoba continuó a lo suyo. Nueva ventana abierta por el centro del campo y la defensa local para ser aprovechada por Pedro Ríos, que en su cabalgada fue objeto de penalti por parte de Llorente. El jerezano tuvo que lanzar en dos ocasiones, ya que Ocón Arráiz obligó a la repetición, y el Córdoba se adelantaba en el marcador.

Aunque lo que hizo que el pase a octavos adquiriera más brillantez fue que el rival nunca dio por perdida la eliminatoria y cuando ésta se le fue, luchó por ganar el encuentro, al menos. Pero ni eso dejó el Córdoba para el Málaga. Porque a un disparo de Pedro Ríos que salió muy cerca del poste derecho de Boyko, el equipo de Juande Ramos siguió respondiendo sin éxito. Un tiro raso de Sandro se topó con Razak. El ghanés volvió a aparecer ante Santos y también ante Rosales en el borde del área pequeña. Incluso en otro toque de Santos a centro desde la banda estuvo atento el portero blanquiverde. El Málaga necesitó anoche de una decena de ocasiones para anotar un tanto y el tercero de los costasoleños llegó bordeando el tiempo reglamentario. Debía intervenir Sandro, que dio un pase a Chory para que su disparo fuera desviado lo justo para que a Razak le fuera imposible detenerlo.

Podría haberse conformado el conjunto de Carrión con el pase ya formalizado, pero Moha Traoré volvió a realizar una jugada al estilo de las que dejó firmadas en el encuentro de ida, evitando a dos defensores rivales para poner un centro al segundo palo en donde Pedro Ríos, completamente solo, cabeceaba a la red para firmar el triunfo en La Rosaleda.

El Córdoba volvía a repetir gesta: eliminar a un Primera División, estar entre los 16 mejores en Copa del Rey y dar un alegrón a su afición tras un gris 2016, justo al final del año. La Copa vuelve a molar.