Le costó al Atlético solventar el choque ante un rival siempre complicado por su valentía y su innegociable apuesta por el fútbol. El Rayo apretó al equipo rojiblanco, que volvió a sufrir hasta que un gol de Griezmann le rescató cuando peor lo pasaba (1-0). Oblak volvió a lucirse en la portería hasta permitir a su equipo recuperar la segunda plaza que le había arrebatado el Madrid tras el triunfo ante la Real Sociedad.

La forma de vida del Atlético no suele distinguir entre partidos y grandes partidos. Para este equipo, cualquier encuentro es como si fuera el último. Sin embargo,Simeone, que vio el partido en la grada por sanción, decidió que la cita del martes ante el Bayernestá por encima de todo lo demás. Dispuso un plan B, con Gámez,Kranevitter, Óliver, Thomas y Vietto. No le salió bien porque su equipo no generó fútbol y el Rayo le apretó de lo lindo hasta meterle en apuros.

CAMBIO RADICAL

Sin embargo, al 'Mono' Burgos, dueño del banquillo ante el equipo de Jémez, le llegó la orden de arriba de rectificar. Se le dio Gabi, que estaba en el banco con un pinganillo. Salió Koke tras el descanso y siguió sin verlo claro Simeone. Solo cuando dio entrada a la dupla Torres-Griezmann cambió de raíz el partido. El primer balón que tocó el jugador francés acabó dentro. Un despeje de Crespo lo controló con el pecho para definir con un tremendo disparo con la izquierda (m. 55).

El gol no solo enderezó el rumbo del partido para el conjunto rojiblanco, sino que puso ese guarismo casi insalvable para cualquier rival. Lo sufrió en sus carnes el Bayern y también el Rayo, que moría en la ventana del área de un notable Oblak, que ya al inicio del encuentro le sacó un balón a Embarba, en una clara ocasión.

La valentía que había derrochado el equipo de Jémez durante muchos minutos se vio truncada por el gol de los locales. Antes del tanto de Griezmann, Correa había vuelto a sembrar el pánico ante el metaJuan Carlos. Antes del descanso, el jugador argentino se marcó un magnífico autopase para terminar disparando a la portería rayista.

OCASIÓN DE QUINI

Siguió buscando petróleo el Rayo en la segunda mitad, pero se estrelló ante un magnífico Oblak. El meta esloveno sacó un centro de Quini desde la línea de fondo que se colaba por la escuadra. Eso ocurría dos minutos antes del tanto de Griezmann.

A partir de ahí, Simeone ensayó el sistema para medirse el martes al Bayern. Se metió atrás volviendo a hacer un monumento de su defensa y buscó los contragolpes con mucho peligro. En uno de ellos, Torres tuvo un mano a mano con Juan Carlos, que finalmente le detuvo el disparo.

PRECISIÓN SUIZA

Un minuto antes de esa acción, se vivó una tremenda bronca entre Bebé y Jémez por la decisión del técnico de cambiar al jugador. Aguantó el Atlético los últimos y desesperados intentos del Rayo por equilibrar el marcador. Ya con muy poco oxígeno, el equipo de Jémez no tuvo más remedio que inclinarse ante un rival experto en firmar partidos con la precisión de un relojero suizo. Con otro 1-0, el Atlético salvó una tarde complicada para comenzar a pensar en el choque de vuelta de semifinales de Champions. Todo eso sin despegarse un ápice de su intento por conseguir un título de Liga que persigue con todo su empeño.