El Bayer Leverkusen, rival del Atlético de Madrid en los octavos de final de la Liga de Campeones, se ha caracterizado en esta temporada por un fútbol de alta intensidad, con una marca a presión en todo el campo y un tridente ofensivo con velocidad y gol.

Los enemigos del Leverkusen dicen que su entrenador, Roger Schmidt, juega un fútbol de locos. Sus defensores lo califican de fútbol valiente y atractivo.

Entre los admiradores de Schmidt está nada menos que Pep Guardiola, que, en el último enfrentamiento del Bayern contra el Leverkusen, liquidó el compromiso con un triunfo por 1-0 después de pasar muchos trabajos en la primera parte.

Además de su intensidad en la marca, otra seña de identidad del Leverkusen es la manera súbita como genera jugadas de ataque.

Una situación de peligro puede comenzar con un despeje largo del meta Bernd Leno cuyo destinatario suele ser Steffen Kiessling, fuerte en el juego aéreo, que luego puede abrir el balón para los velocísimos Karim Bellarabi y Heung Ming Son.

Por detrás de ese trío suele jugar el turco Calhanoglu, cuya presencia hace recomendable a sus rivales cometer el menor número de faltas posible cerca del área. Leno, en la meta, es considerado uno de los mejores.