El cuarto y último acto del ciclo de conversaciones 30 años de Luz , serie de encuentros entre personalidades de la cultura con los que la plataforma Mezquita-Catedral de Córdoba celebra el registro hace tres décadas del monumento como patrimonio mundial por la Unesco, reunió ayer bajo el mismo techo, el de la Fundación Antonio Gala, al guitarrista Manolo Sanlúcar, al antropólogo Isidoro Moreno y al cineasta Benito Zambrano. Sobre la mesa, la polémica titularidad del edificio y la desaparición de la palabra Mezquita como denominación del templo, una postura criticada con contundencia por los participantes, quienes hicieron un llamamiento a defender "las raíces de una de las señas de identidad Andalucía".

Desde el primer momento la memoria colectiva fue la protagonista del coloquio, siendo además el centro de la intervención con la que Benito Zambrano dio comienzo al debate: "No podemos dejar que nuestra historia se pierda porque se pretenda unilateralmente que unas partes se impongan a otras". Entre las reivindicaciones del director de Solas , compartidas por sus compañeros, el que la Mezquita "vuelva a ser la casa de todas las culturas y religiones".

El acto sirvió a la plataforma para pedir la restitución del nombre Mezquita--Catedral en la aplicación Google Maps, de donde se le "ha extirpado" el primer término, una iniciativa sobre la que Manolo Sanlúcar se detuvo para hacer hincapié en la necesidad de la participación ciudadana. "Desde arriba nos imponen sus intereses fácilmente porque nos quitan nuestra propia identidad", recalcó en repetidas ocasiones aludiendo a la postura del obispado sobre el cambio de nombre. La posibilidad de que el edificio "pase a ser patrimonio en peligro de la humanidad" al dejar de cumplirse las condiciones con las que fue registrado en la Unesco es un aspecto más del problema, según Isidoro Moreno. En su opinión, "no se puede creer que por borrar una palabra cambie la realidad, pero siempre tiene consecuencias". Moderó el acto Marta Jiménez.