LUGAR DE NACIMIENTO D SSELDORF (ALEMANIA).

EDAD 70 AÑOS.

FILMOGRAFIA 'VERANO EN LA CIUDAD' (1972), 'PARIS, TEXAS' (1984), 'MAS ALLA DE LAS NUBES' (1995), 'EL HOTEL DEL MILLON DE DOLARES' (2000), 'LLAMANDO A LAS PUERTAS DEL CIELO' (2005), 'LA SAL DE LA TIERRA' (2014).

Chapurrea el castellano ("Lo estudié cuando rodé en Málaga La letra escarlata en los 70 para comunicarme", dice) y en el 2013 presentó una exposición de fotografías en Lérida, donde prepara también una instalación. Tras los elogiados documentales Pina y La sal de la tierra , el cineasta alemán que enamoró al mundo con París, Texas vuelve a la ficción. Estrena Todo saldrá bien , un drama en 3D con guión de Bjorn Olaf Johannessen que protagoniza James Franco.

--Se ha lanzado a utilizar el 3D en un drama intimista. ¿Este es el futuro de esta técnica?

--Solo hay futuro en el 3D en este tipo de películas, su uso único como efecto especial en las películas de acción desaparecerá porque no se emplea seriamente como lenguaje. Su mejor uso es en documentales y filmes narrativos.

--El público no está acostumbrado.

--¡Este es el escándalo! El 3D es una manera de aproximarnos a la realidad. Hay una cámara para tu ojo izquierdo y otra para el derecho, que es la visión natural. Olvidamos que vemos en 3D. El mejor elogio que me han dicho del filme es que no se han dado cuenta de que era en 3D.

--¿Por qué eligió a James Franco?

--Es uno de los grandes actores de su generación. El 3D lo magnifica todo y necesitaba un actor que fuera minimalista. Además él es también escritor, como Tomas, su personaje, y podía entenderlo mejor.

--En la película Tomas atropella accidentalmente a un niño y queda traumatizado por la culpa durante años.

--Quería explorar cómo una persona puede seguir con su vida cuando le pasa algo así. ¿Cuánto tarda en superarlo?

--¿El tiempo lo cura todo?

--No cura, solo nos hace olvidar. Debemos ser activos y aprender sobre el perdón. Aprender a perdonarnos a nosotros mismos. Es más fácil perdonar a otros que a uno mismo.

--¿De vez en cuando necesitamos alguna bofetada, como en su película, para avanzar?

--Sí, necesitamos que nos abofeteen, los hombres lo necesitan. La mujeres saben cómo sacar a la superficie los conflictos, les resulta más fácil abrirse y exponer los problemas; son más honestas que los hombres. Ellos lo guardan en su interior, tienen mucho más orgullo, por eso no les gusta llorar. Especialmente los artistas, como Tomas, ponen su dolor en su obra, no en su persona. El avanza cuando finalmente acepta compartir su dolor.

--¿Le ha sucedido?

--Recibí una bofetada de alguien y ya no fui más Tomas. Me costó abrirme, y más porque expongo mi vida entera en cada película. Pero a los 70 años ya he sanado mis heridas.

--Su cine va a contracorriente de una sociedad que puso el acelerador.

--En esta sociedad lo consumimos todo: el tiempo, nuestros sentimientos. El consumo nos ha hecho ser más avariciosos, incluso con nuestro tiempo. Todo debe ser rápido, no tenemos tiempo que perder ni para relajarnos, ni para nosotros. Y con las películas sucede lo mismo. Ya no nos conectan con nuestras vidas, con la realidad; son fantasías rápidas que se olvidan pronto. Es muy triste. Los documentales son la gran excepción. Es el arte que nos acerca al mundo real.

--¿Algún otro documental a la vista?

--Sí, sobre el arquitecto suizo Peter Zumthor. Muy bueno y lento. Todos debemos aprender a ser un poco más lentos. Quienes critican que mis filmes son lentos, quienes dicen que algo es malo porque es lento es que han perdido toda la perspectiva. También estoy rodando mi primera película en francés: Les beaux jours d'Aranjuez .

--¿Le hieren las críticas?

--Solo leo sobre cosas que me gustan. Pero yo no hago películas para los críticos, las hago para la gente y espero que les toquen, que les emocionen.

--Descubrió a la inolvidable Nastassja Kinski, cuyo rostro iluminará el cartel del próximo festival de Venecia. ¿Por qué desapareció del cine?

--Aún es actriz, pero decidió que sus tres hijos eran más importantes que su carrera.