E l conjunto arqueológico de Medina Azahara acaba de iniciar un esperanzador camino que tiene como destino la universalidad. La pasada semana, el Consejo de Patrimonio Histórico Español, reunido en Lanzarote, aprobó la inclusión de los restos de la ciudad palatina del siglo X en la Lista Indicativa del Patrimonio Mundial, una condición indispensable para su reconocimiento posterior como Patrimonio de la Humanidad, el reto que se persigue.

Gestionado por la Junta, que garantiza su conservación desde 1985, el yacimiento fue la propuesta presentada en Lanzarote ante el Consejo de Patrimonio Histórico Español por la comunidad autónoma andaluza, tras recibir el apoyo unánime en el Parlamento y, unos meses antes, del pleno del Ayuntamiento de Córdoba. La inclusión de Medina Azahara en esta Lista Indicativa también recibió el apoyo unánime en la reunión del Consejo de Patrimonio Histórico, órgano de coordinación entre el Estado y las comunidades autónomas, que estuvo presidido por el director general de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas, Miguel Angel Recio, y contó con la asistencia de la secretaria general de Cultura de la Junta, Mar Alfaro, en representación de Andalucía.

En ese foro se valoró especialmente el hecho de que el conjunto arqueológico cordobés es un ejemplo arquitectónico y urbanístico excepcional de un periodo histórico, el siglo X, y un caso ejemplar de integración entre urbe y paisaje que conserva unos valores paisajísticos escasamente alterados.

La alegría no se hizo esperar al conocerse la noticia. El consejero de Educación, Cultura y Deporte, Luciano Alonso, mostró su satisfacción por este nuevo avance en el largo proceso de consecución de la declaración de Patrimonio de la Humanidad para este monumento, cuya inclusión en la Lista Indicativa supone ya de por sí un reconocimiento de los valores universales del conjunto. Aunque queda mucho por hacer y el proceso no finalizará hasta finales del 2017, la noticia también supuso un gran regocijo en Córdoba, que se singularizaría en el mundo por tener cinco elementos Patrimonio de la Humanidad (la Mezquita--Catedral, el Casco Histórico, la Fiesta de los Patios y el flamenco). Alegría, satisfacción, elogios al trabajo realizado y la esperanza en que el proceso culmine con el reconocimiento fueron los sentimientos manifestados por los responsables de las administraciones cordobesas tras saberse que la ciudad palatina entraba en la Lista Indicativa del Patrimonio Mundial. La delegada del Gobierno de la Junta en Córdoba, Isabel Ambrosio, se muestra convencida de la propuesta de

Medina Azahara "por su carácter universal, autenticidad y por ser un foco turístico de primer orden".

Para esta antigua ciudadela califal que guarda románticas leyendas este título supondría un relanzamiento a nivel internacional que la situaría en el lugar que le corresponde, además de ayudar a mostrar su verdadera dimensión para atraer más visitas y generar riqueza y empleo. Pero también conllevará una convergencia necesaria entre todas las acciones de protección, investigación, conservación y difusión, y quizá a una mayor inversión en el yacimiento, que cuenta desde el 2009 con un centro de interpretación que ya ha recibido reconocimientos tan importantes como el Premio Aga Khan de arquitectura islámica o el de Mejor Museo de Europa del año 2013.

ALGO MAS QUE MUSEO En el interior del museo tienen cabida usos tan diversos como la recepción de visitantes, la restauración de piezas arqueológicas, un auditorio, espacios adecuados para el almacenamiento de restos arqueológicos del propio conjunto, oficinas de investigación histórico-artística, una biblioteca para los estudiosos, y una zona donde se exponen las piezas más espectaculares del halladas en el conjunto arqueológico.

La candidatura cordobesa se incluye en la categoría de ciudades abandonadas "que atestiguan un intercambio de influencias considerable, durante un periodo concreto o en un área cultural". La Junta de Andalucía destaca, además, que "la violenta destrucción de la ciudad en el momento de su máximo esplendor, y su posterior ocultación, transformaron a Medina Azahara en un mito, en un legado cultural inmaterial con amplia repercusión en la literatura árabe, como una suerte de paraíso perdido". Mitos y leyendas despiertan ahora para unirse a los valores que, finalmente, puedan reconocer a este conjunto arqueológico cordobés como Patrimonio de la Humanidad.