Los investigadores Félix Arnold, del Instituto Arqueológico Alemán en Madrid, y Alberto Canto, de la Universidad Autónoma de Madrid, ofrecieron ayer una conferencia en el salón de actos de Medina Azahara en la que dieron a conocer las primeras conclusiones del proyecto de investigación de una de las zonas menos estudiadas del yacimiento, la plaza de Armas y el gran pórtico. Se trata de una primera fase de una investigación que durará 5 años. Según Alberto Canto, «cada año se va a excavar uno de los lados», centrándose en esta fase en la arquería, situada en el lado oeste. En el 2018 y 19 se centrarán en el oriental, «que nunca ha sido excavado», para concluir en el 2020 y 21 con el borde septentrional. De momento, señaló, no se han encontrado piezas espectaculares (cabe recordar que en esta etapa se ha trabajado en zonas que ya se habían excavado previamente), pero el estudio ha permitido avanzar en el conocimiento del «proceso de construcción de la ciudad». Según los investigadores, Medina Azahara no se levantó con un plano predeterminado a priori, sino que fue ampliándose y retocándose a medida que crece la ciudad con el paso de los años.

Uno de los hallazgos registrados en la primera fase apunta que en la ciudad palatina contaba con talleres donde trabajaban operarios y artesanos que perfilaban las columnas, capiteles y demás elementos arquitectónicos in situ antes de colocarlos. «Esto es algo habitual, pero no teníamos certeza de que ocurriera allí hasta que hemos encontrado utillería e instrumental donde se hacía», explicó Canto, que destacó la importancia de que se siga investigando para poner en valor el yacimiento, «sobre todo, teniendo en cuenta que está a las puertas de recibir el título de la Unesco».