LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO MADRID, 1958

TRAYECTORIA COMENZO EN EL MUNDO DE LA CANCION, PERO TAMBIEN HA DESARROLLADO SU CARRERA ARTISTICA EN EL TEATRO Y EL CINE, DONDE COSECHO UN PREMIO GOYA POR LA PELICULA 'RENCOR', ASI COMO EN TELEVISION

Después de casi nueve años sin pisar las tablas y pensarlo mucho, Lolita Flores afrontó hace un año el reto de meterse en la piel de la Colometa de La plaza del Diamante , de Mercè Rodoreda, que ahora presenta en versión monólogo. Avalada por el éxito, llega el sábado al Gran Teatro de Córdoba, "una ciudad maravillosa, donde tengo muchos amigos y de donde es el padrino de mi primera boda, El Cordobés", dice entre risas la actriz, hija, hermana, madre y tía de artistas, que empezó en el mundo de la música, adonde piensa volver muy pronto.

--Ha dicho que es una actriz de hígado, de corazón. ¿De dónde saca fuerzas para interpretar la tragedia de Colometa?

--Todos somos seres humanos. Aunque ella sea un personaje, tiene las mismas emociones, alegría, ira, tristeza... Es simplemente meterse la mano dentro e interpretar, ponerse en la piel de esa mujer, que pasó una guerra civil y una posguerra, algo que yo no he vivido, pero sí he sentido lo que es ser madre y otras muchas cosas.

--¿Qué necesita antes de subir al escenario para interpretar este monólogo?

--Santiguarme, pedirle a mis tres ángeles que están en el cielo que me ayuden y esperar que no se me duerman las piernas, que a veces me pasa de estar tanto tiempo seguido sentada en el banco en la misma posición.

--¿Cómo se queda después?

--Hecha polvo, pero muy contenta. Es muy desgarrador, y yo no sé llorar ficticiamente. En esta función lloro de verdad, igual que cuando me río.

--¿Le gusta el monólogo? ¿La soledad en el escenario?

--Nunca lo había hecho, es raro. Tiene su parte buena, si te equivocas no tienes que estar dándole el pie a nadie. Puedes saltarte una frase y decirla más tarde. La desventaja es que estás sola enfrentándote a una historia durante una hora y cuarto. Mi único apoyo es mi monederito y mi pañuelo.

--Usted no ha pasado hambre ni miseria, como Colometa, pero sí ha visto morir a sus seres queridos. ¿En qué se parece a su personaje?

--Quizá en la nostalgia de un tiempo pasado con mi familia, y en que soy madre de dos hijos. Creo que es en lo único, porque ella era una mujer apocada, supeditada a su marido por educación, sin voz ni voto. A ella le llegaron muchos más dramas, le pasan muchas cosas, aunque al final termina con esperanza, y eso es lo que más me gusta del texto.

--¿Ha sido un reto? ¿Qué pensó cuando se lo propusieron?

--Me lo estuve pensando mucho, hasta que Joan Manuel Serrat un día me llamó y me dijo que dejara de pensarlo. Tendré que agradecérselo eternamente.

--¿Qué siente por ese personaje después de interpretarlo tantas veces?

--Mucho amor, cualquiera se puede enamorar de esta mujer tan frágil, tan inocente, y tan fuerte a la vez.

--La hemos visto haciendo comedia, pero se la ve muy cómoda en este drama. Si pudiera elegir, ¿qué prefiere?

--Me da igual. Es más difícil hacer reír que llorar. A mí me gusta mi profesión y Colometa es un regalo que mi padre me ha mandado del cielo. Mercè Rodoreda era del barrio de Gracia, toda la historia gira allí, donde nació mi padre. Todo se ha juntado, y mientras que el cuerpo aguante y la gente vaya a ver la obra, no dejaré que Colometa salga volando.

--No estamos en la Barcelona de posguerra, pero la situación de muchas familias es muy dramática actualmente. ¿Qué piensa de lo que está pasando en el mundo?

--Cuando veo el telediario, lo que está pasando en Siria... No me lo explico. Creo que ya deberíamos haber aprendido que las guerras no traen nada bueno. No sé si es egoísmo, poder o afán de querer abarcar. No entiendo ningún tipo de violencia.

--Viene de una familia de artistas que continúa la saga con su hija Elena y su sobrina Alba. ¿Se siente orgullosa o hubiera preferido que se dedicaran a otra cosa?

--Estoy encantada, y mi hijo es músico y mi sobrina Lola está estudiando Arte Dramático. Vamos todos unos detrás de otros.

--¿Qué cree que dirían sus abuelos?

--De alguna manera, ellos los están viendo, y creo que mis padres estarían felices. Mi madre adoraba su arte y mi padre también.

--La conocemos casi desde que nació. ¿Su exposición mediática ha sido inevitable? ¿Se arrepiente?

--No me arrepiento porque ni lo he provocado ni lo he evitado. Soy una persona popular, famosa porque me viene de familia y por mi trabajo. Llevo 40 años en la música, en el cine, en el teatro y en la televisión. Lo poco o mucho que tenga me lo he ganado a pulso. En mi casa hemos sido todos trabajadores del arte, pero no dejamos de ser currantes.

--¿Cree que ha sido una actriz desaprovechada?

--No. Ha llegado el momento cuando ha tenido que llegar. Yo creo mucho en Dios y él te marca el camino. Las cosas pasan cuando tienen que pasar, por muchas vueltas que les des.