El juez de la Audiencia Nacional José de la Mata ha dado por concluida la investigación de la pieza principal del 'caso SGAE' y propone sentar en el banquillo al ex presidente de la entidad Eduardo Bautista, conocido como 'Teddy Bautista', y otras 10 personas por poner en marcha “una sofisticada estratagema para derivar masivamente fondos" de Sociedad General de Autores y Editores. El dinero llegaba a la organización comandada por José Luis Rodríguez Neri mediante la asignación arbitraria a Microgénesis de decenas de millones de euros supuestamente para el desarrollo de soluciones tecnológicas, causando “perjuicios y pérdidas constantes” para la sociedad.

En el auto de transformación de las diligencias a procedimiento abreviado, el magistrado considera que los hechos investigados son constitutivos de los delitos de asociación ilícita u organización criminal, falsedad en documento mercantil, administración desleal y apropiación indebida. La Fiscalía Anticorrupcion y las acusaciones tienen 10 días para pedir la apertura de juicio oral o el sobreseimiento de las actuaciones que también se dirigen contra 14 sociedades mercantiles como responsables civiles, entre ellas, la propia Microgénesis SA.

DESDE 1998

El auto, de 129 páginas, relata cómo Bautista, presidente de SGAE desde 1998, introdujo a Rodríguez Neri y su empresa Microgénesis para abordar líneas de investigación y desarrollo en materia de líneas de tecnologías de la información y las comunicaciones. En el 2000 se crea Sociedad Digital de Autores y Editores (SDAE) para llevar a cabo la transición de la sociedad de autores hacia un nuevo modelo en esa línea. “Desde el comienzo SDAE fue concebida como un mero artificio, sin existencia real, con capacidad instalada, sin actividad propia y sin empleados. La única finalidad de SDAE era pues firmar contratos con SGAE para, cada vez con carácter inmediato, ese mismo día, firmar un contrato de idéntico contenido con Microgénesis, burlando el marco estatutario y los mecanismo de control de SGAE”, dice De la Mata.

El monopolio se extendió desde 1998 a 2011. Nunca hubo procesos de selección de ofertas ni se comprobó que el precio de contratación entre SDAE y Microgénesis se hiciera a precio de mercado. Esta situación de contratación arbitraria, automática y no sometida a controles de SDAE y el Grupo Microgénesis, como le denominaban, fue “inmediatamente aprovechado por la organización de Rodríguez Neri" y su socio, Rafael Ramos Díaz.