Las actividades conmemorativas del día europeo de la cultura judía -dentro del programa Otoño

Sefardí de Córdoba, que busca mostrar el papel de mediador cultural de la cultura sefardí- daban comienzo a primera hora de una mañana soleada con una visita guiada por las callejuelas

estrechas de la Judería. Una ruta turística que, en una efemérides como la de ayer, no debía terminar

sin hacer una parada obligada en la Sinagoga, que registró un devenir constante de personas. Pero no solo se registró buen ambiente en este lugar.

Hasta el próximo 27 de este mes, siete exposiciones y otras actividades mostrarán todo el legado

de la cultura sefardí en Córdoba. Durante la jornada de ayer, los visitantes pudieron contemplar

la muestra La originalidad y belleza de la joyería del siglo X, en la que la Platería Califal de la

calle Buen Pastor enseña joyas y ornamentaciones que, tal y como indica Ángel Cerezo -uno de

sus dos propietarios- “recuperan diseños que pertenecen a la Mezquita, como la cúpula, y a Medina

Azahara”. Esta exposición realza el trabajo artesanal del pueblo judío en la orfebrería, en la que usaban esmaltes cristalados que, al dejar traspasar la luz, provocan el efecto propio de una piedra preciosa.

Además, el Museo Arqueológico, siguiendo el lema Tendiendo Puentes, presentó una exposición

que ofrece rasgos de las culturas musulmana -maqueta de la Mezquita realizada en plata-, cristiana -un copón y un cáliz-, y la judía con un menorah, candelabro de siete brazos. Cerca de la Sinagoga, en el patio del Zoco Municipal, la muestra Esencia judía cuenta con una retrospectiva fotográfica sobre diversos rincones de la Judería y también de la estatua de Maimónides, cuya base estaba adornada con flores. El Alcázar y el Museo Vivo de Al-Ándalus se sumaron a un día que reivindicó el peso del legado sefardí y la acercó a todos.