La hermandad de la Paz rozó ayer el cielo en una histórica procesión desde la iglesia de la Merced hasta la Catedral, siendo la primera vez en su historia que la Virgen entra en el primer templo de la diócesis.

Puntualmente, dio comienzo la procesión. Minutos antes de que las campanas de la iglesia de la Merced dieran las tres de la tarde, la cruz de guía de la cofradía capuchina se abría paso a las puertas del templo. A lo lejos, con el flamante retablo de la iglesa de fondo, se vislumbraba el blanco palio de la Virgen de la Paz, casi sesenta años después la Paloma de Capuchinos cruzaría el dintel de la barroca fachada de la Merced.

Y así fue como, tras la maniobra de los costaleros, la Virgen tomó toda su altura entre el aplauso de los cientos de personas que allí se dieron cita. "¡Viva la Virgen de la Paz!", gritaban entre aplausos, y comenzaba su caminar la Reina de la Paz en busca de la Catedral cordobesa.

Mucho calor y mucho ambiente alrededor del palio. No era Miércoles Santo pero la Virgen entró en los Jardines de la Merced como si lo fuera, acompañada musicalmente por la sociedad filarmónica de Pilas, que interpretó un apropiado repertorio para el acto que se celebraba.

El palio, exornado muy elegante con más de 5.000 rosas de pitiminí en tonos blancos y rosa claro puestos pacientemente por la firma Pinsapo Floristas, avanzaba por la calle Conde de Torres Cabrera toda adornada de flores de papel blanco. Así, la Virgen llegó hasta el Ayuntamiento, donde le esperaba una representación de la Corporación municipal encabezada por el alcalde de la ciudad, que le hizo entrega al hermano mayor, Enrique Aguilar, del escudo de la ciudad para que lo luciera la Virgen.

Fue justo después de este acto, al entrar en la calle San Fernando, cuando hubo que cambiarle la corona a la Virgen, ya que la que llevaba puesta se venció por uno de los lados. Un incidente que para nada quitó esplendor a una celebración que cada vez iba tomando más cuerpo, siendo casi impracticable avanzar por la calle Cardenal González y el entorno de la Catedral.

Pasadas las seis de la tarde, las campanas de la Catedral anunciaban que la Virgen estaba en la Puerta de las Palmas. Minutos después, La Paz estaba entre los arcos de la antigua Mezquita, que poco a poco fue atravesando para colocarse en el altar mayor de la Catedral, donde dio comienzo la función conmemorativa del aniversario oficiada por el obispo de Bangassou, Juan José Aguirre, y cantada por la coral de la Cátedra Ramón Medina del Real Círculo de la Amistad.

Al término, dio comienzo la procesión de regreso, ya no había prisas y la Virgen de la Paz se recreó dejando imborrables momentos como el paso por la calle Deanes, las Capuchinas o la entrada a la plaza de Capuchinos.