"Solares inmundos, estercoleros, infraviviendas, vaquerías..." La imagen parece no corresponderse con la Córdoba actual, pero solo es necesario echar la vista atrás dos décadas para percibir el cambio experimentado en el Balcón del Guadalquivir, que hoy ofrece un amplio espacio verde a los ciudadanos. El concejal de Urbanismo de la época en la que se aprobó el Plan del Río, Manuel Pérez, recuerda que la actuación en la antigua ribera del estadio fue posible gracias a un acuerdo del Ayuntamiento y la Junta (con la intervención también de la Empresa Pública de Suelo de Andalucía), y el "test fundamental" de su buen resultado se puede observar in situ : el espacio tiene un importante uso ciudadano.

El arquitecto Juan Navarro Baldeweg ganó la adjudicación de esta obra, en la que "trabajó acercando la ciudad al río", recuerda Pérez. Baldeweg diseñó un sistema escalonado con láminas de agua y un espacio verde, realizando un conjunto "con el que todos quedamos contentos", apuntaba el ex regidor municipal. La intervención se sumaba a otras actuaciones fundamentales como las de los puentes, la red viaria, los parques de Miraflores y El Arenal, y la reforma de Fray Albino y de La Ribera, que contribuyeron a que "el río ya no sea una barrera".

En este sentido, Andrés Ocaña, ex alcalde de Córdoba, señala que estas intervenciones en torno al Guadalquivir han sido "junto con Renfe, el mayor cambio urbanístico que se ha dado en prácticamente un siglo". Ocaña era concejal de Urbanismo cuando fue inaugurada la actuación (en el año 2004) y recuerda que todos estos proyectos fueron posibles "gracias a la gestión de los suelos municipales en Renfe", porque el gobierno local decidió "que todos los recursos que se obtuviesen de la enajenación de las parcelas se invirtieran en el desarrollo del Plan del Río".

El parque Balcón del Guadalquivir tiene 11,5 hectáreas y cuenta con construcciones de importante valor patrimonial, como el Molino de Martos y la Ermita de los Mártires. Según informó Diario CORDOBA en el día de su inauguración, las obras tuvieron una duración de dos años y un coste total de 14,4 millones de euros. La apertura al público supuso la culminación del grueso de las reformas contempladas en el Plan del Río (que fue impulsado en 1992) y Ocaña afirma que esto "hizo que el tramo urbano del Guadalquivir se convirtiese en una parte de Córdoba, después de estar tantos siglos a la espalda de la ciudad". Así, este área integra "grandes espacios para el disfrute y el ocio", y a juicio del ex alcalde, se logró cambiar el concepto de los ciudadanos sobre la zona. El proyecto tuvo "un criterio de calidad bastante importante" y este espacio "marginal" comenzó a ser visto "como una parte de la ciudad también amable, no desagradable", explica.

Los vecinos

En cuanto al uso que tiene en la actualidad, el presidente del consejo de distrito Sur y de la Asociación de Vecinos Guadalquivir, Antonio de la Rosa, precisa que en estos momentos la única queja de los residentes es "la falta de mantenimiento" en el Balcón del Guadalquivir, Miraflores y La Ribera. "Sufren actos vandálicos, se llevan las luces y los bancos, los perros van sueltos y hay excrementos", y también "se hacen botellones", relata. De la Rosa asegura que "la limpieza es muy esporádica en el parque", aunque precisa que en el río "hay un proyecto de la Junta que se está acometiendo".

El presidente de la AAVV Guadalquivir destaca, además, que "el Molino de Martos no se ha limpiado desde la última vez

que se inundó" y a pesar de que antes se ofrecía su visita junto con la del Jardín Botánico, recuerda, en estos momentos "se abre de forma esporádica, creo que es porque no se ha eliminado la basura".

Antonio de la Rosa coincidió con Andrés Ocaña y Manuel Pérez en que "se podría aprovechar" la zona del Balcón del Guadalquivir y el Avión Cultural para realizar actividades y espectáculos. Manuel Pérez subrayaba que "falta que los árboles crezcan, pero hay unas vistas magníficas y lo que necesita es que las actividades sean las máximas posibles", mientras que Ocaña añadía que los usos que se podrían incorporar, una vez terminada también la remodelación de La Ribera, son "lo que haría que, de manera definitiva, el ciudadano lo sienta como una parte de la ciudad absolutamente homologada con cualquier otra".

Miraflores

Lo único que quedaría por ejecutar es el desarrollo de equipamientos para Miraflores. En este sentido, Manuel Pérez calificó como "importantísima" la definición de un proyecto para este espacio, toda vez que el actual gobierno municipal ha anunciado que el Centro de Congresos se ubicará en el Parque Joyero. El cambio de actuación podría conllevar, además, una nueva modificación del Plan General de Ordenación Urbana, que fue innovado para el proyecto de Rem Koolhas (ganador del concurso para diseñar las instalaciones). A juicio del ex concejal de Urbanismo, "Miraflores es la pieza más importante en la articulación del norte y el sur de la ciudad", a lo que añade que "hay que seguir pensando que es un lugar idóneo para los congresos y el auditorio". En la misma línea, para Ocaña tanto el centro de congresos como el de arte contemporáneo (ya construido) contribuirían a culminar la dotación de equipamientos de la zona, pero también supondrían la finalización "de todo ese esfuerzo de la incorporación del río a la ciudad, por su cercanía al corazón patrimonial del casco histórico".