Los detalles del hallazgo de las 52 toneladas de hachís encontradas en una nave del polígono industrial de Amargacena de la capital cordobesa se van conociendo poco a poco. La madre de todos los alijos , como ha sido bautizada en las redes sociales, se salda de momento con un detenido, que parece ser el encargado de vigilar esta droga, valorada en el mercado ilícito en más de cien millones de euros. Según fuentes consultadas por este diario, este individuo fue encontrado maniatado en el interior de las instalaciones. Al igual que ayer, la operación sigue abierta.

El Ministerio del Interior emitió en la tarde de ayer una nota en la que aseguraba que "este ingente alijo --52.600 kilogramos-- ha sido localizado gracias a la denuncia de un ciudadano que acudió a la nave a recoger un 'torito' (elevadora) de transporte y que sorprendió a varias personas que posiblemente intentaban robar los fardos de hachís".

La droga sería objeto de robo por parte de una organización rival y, por circunstancias que se desconocen, los ladrones tuvieron que salir en estampida. Tanto es así que uno de los vehículos empleados en la huida se estrelló contra la puerta de la nave. Del hecho de que no se trataba de una operación antidroga da cuenta el que fue el grupo 5º de Patrimonio el primero que llegó al polígono industrial de Amargacena.

La droga sigue fuertemente custodiada en la nave, en la que según ha podido saber este diario también se han encontrado dos camionetas de pequeño tonelaje, que podrían ser empleadas en la distribución del derivado del cannabis.

La instalación está estratégicamente situada, a unos 200 metros del acceso a la Autovía del Sur, lo que permitiría una entrada y salida fácil de la mercancía hacia Sevilla, Madrid o Málaga. Por este tipo de detalles se baraja que se trate de un grupo bien organizado y con amplia visión de la logística, que podría estar preparando su distribución.

Los trabajadores de las naves colindantes --en las que el domingo había poca actividad-- nada saben de este alijo ni de quienes tenían alquilada esta instalación. Un empleado de una panificadora situada en la misma calle comentó ayer a este diario que "me enteré del golpe que se dieron contra la puerta porque me lo dijeron, pero nada más. No conozco a los de esa nave". En un bar cercano tampoco habían visto "nada raro; en esta calle entran y salen cientos de camiones todos los días", según explicó el encargado.

Esta cantidad da hachís supera a las 32 toneladas incautadas en la aduana de Algeciras el lunes pasado escondidas en un camión de melones con destino a la ciudad francesa de Perpignán.