Unos veinte estudiantes cordobeses lograron ayer su propósito. Pasaron la noche encerrados en la Facultad de Filosofía y Letras en protesta por la nueva reforma universitaria que plantea el Plan de Bolonia encaminado a una convergencia de las enseñanzas europeas. En principio, no contaron con la autorización del centro, pero, al final (pasadas las 22.30 horas), su decano, Joaquín Mellado, cedió (tras las conversaciones con el rector) y dejó que los alumnos cenaran y durmieran en la facultad.

El acto de protesta, antesala de la manifestación que se celebrará hoy por las calles de Córdoba (al igual que en todo el territorio nacional), se desarrolló de forma pacífica. De hecho, los jóvenes anti--Bolonia calificaron el simbólico encuentro como "encierro a la japonesa", pues hasta que el sueño y el cansancio se apoderara de ellos su intención era "estudiar la normativa y legislación" en torno a la reforma universitaria. En opinión de los miembros de la Asamblea de Estudiantes No a Bolonia, la adaptación a Europa "ataca a la universidad pública" y trae consigo "un proceso de privatización, mercantilización y de élites, así como de reducción de becas". Por ello, en sus bocas se mantiene el "no".