Aunque con el verano la rebelión de los funcionarios contra la reordenación del sector público ha decaído, la Asociación de Empleados Públicos de la Junta de Andalucía Al-Andalus se ha propuesto retomar la batalla y, para ello, lo mejor en estas fechas, es irse a las concurridas playas. Así, desde hoy y hasta el viernes, una avioneta publicitaria de color naranja --uno de los colores representativos de las plataformas de funcionarios-- sobrevolará las costas de Málaga y Cádiz con el lema No al enchufismo en la Junta de Andalucía, a la Administración por oposición .

Con esta iniciativa, pagada con aportaciones y cuestaciones voluntarias realizadas por empleados públicos de todas las provincias de Andalucía y gestionada desde Córdoba, según un comunicado, los funcionarios retoman las protestas que mantienen desde hace más de un año contra los decretos, luego tramitados como ley, que suprime 111 empresas públicos para aglutinarlos, por fusión o absorción, en ocho agencias en las que trabajarán 3.000 funcionarios y laborales y 23.000 trabajadores contratados de los entes a extinguir. Los funcionarios entienden que éstos entran por una puerta trasera sin opositar.

La ley contó con el rechazo de todos los sindicatos de funcionarios que mantienen desde entonces una lucha en la calle y en los tribunales, donde ya habido autos contrarios a los estatutos de las nuevas agencias. Las relaciones entre la Junta y los funcionarios no parece que vayan a mejorar pese a que Griñán aseguró que buscaría el entendimiento en el Debate sobre el Estado de la Comunidad. El último frente abierto es que el plan de reequilibrio prevé ahorrar abriendo los edificios públicos solo dos tardes, lo que impondría a sus trabajadores el horario concreto ya que ahora pueden elegir las dos tardes de la semana que trabajan.