Ayer comenzó la segunda jornada de ascensión, en la que Ricardo Guerrero y yo hicimos el primer porteo, subiendo las tiendas y los sacos al campo uno (6.400 metros) desde el campo base avanzado (5.700 metros).

Por la mañana, hizo una temperatura bastante buena, y no hubo problemas, sin embargo, por la tarde, sí nevó. Pero no hizo la temperatura de otros días, en los que hemos tenido unos 10 ó 12 grados bajo cero. Ayer estuvimos a 0 grados.

Salimos temprano, porque no sabíamos realmente cómo iba a ser la ruta hasta allí. Nosotros no estamos aclimatados y el tiempo siempre es mayor. Todo el mundo habla de unas 4 horas y nosotros tardamos 5. Salimos a las 9 de la mañana y llegamos a las 2. Soltamos las cosas y nos volvimos. Está lejos porque estamos hablando de andar, de trabajar, sobre los 6.000 metros. El problema es que hay que atravesar la morrena hasta llegar al campo uno. Es una especie de montañita que se forma por el desplazamiento de río de hielo que forma el glaciar. No es algo llano. Al final del glaciar se plantea la pared de unos 400 metros, en la que la inclinación se pone un poquito más fuerte. Se hace andando, despacito, parándonos mucho.

Hoy volvemos al mismo sitio, pero a quedarnos a dormir. Ayer le dimos al cuerpo la sensación de estar a 6.400 metros. El cuerpo trabaja para defenderse de la hostilidad, de la baja presión y de la falta de oxígeno. El sábado intentaremos subir al campo dos.