Debutó el 30 de agosto de 1989 en la plaza de toros de Linares continuando la dinastía de mozos de espadas que empezó su abuelo, Francisco Repiso

El día 30 de agosto de 1989, en la plaza de toros de Linares, el joven cordobés Francisco Recio Repiso , continuador de una prestigiosa dinastía de mozos de espada, debutaba como profesional. Han pasado veinticinco años y este mes celebrará sus bodas de plata con la profesión. Fue su abuelo Francisco Repiso quien marcó el destino de su padre y de nuestro protagonista, pues de 1939 hasta 1988 estuvo a las órdenes de toreros como Martorell, Palmeño, El Pireo, los hermanos Rafael y Manuel Sánchez Saco entre otros.

--Cómo fueron esos primeros años?

--Comencé con José María Manzanares (padre) en la plaza de Antequera acompañando a mi padre. Tenía yo 17 años. En el 89 me hago profesional y entro al servicio de Víctor Méndez, Manzanares padre, Luis Francisco Esplá y Ortega Cano. En 1990 me voy a la mili a Ceuta. A la vuelta, en 1992, trabajo a las órdenes de José Luis Moreno como becerrista y es en octubre de ese mismo año cuando me enrolo en la cuadrilla de Finito de Córdoba, con el que estoy catorce años hasta 2006. En la temporada de 2007 me contrata José María Manzanares (hijo) y sigo con él hasta hoy.

En 1997, por una lesión de Finito tuve unas fechas libres y estuve con José Tomás y Jesulín de Ubrique. También he actuado con Manuel Díaz El Cordobés de novillero y con Julio Benítez El Cordobés de matador, en Córdoba.

--Veinticinco años de peregrinación de plaza en plaza le habrá supuesto muchas satisfacciones, sabiendo su afición a los toros.

--Por supuesto. Entre otras tuve el honor de vestir al maestro Manzanares la última tarde que toreó en público. Fue en un festival en el Puerto de Santa María. No puedo olvidar las faenas de Finito de Córdoba al toro Bondadoso de Domingo Hernández en Córdoba, que indultó. A Manzanares en Algeciras con el toro Andadoso de Núñez del Cuvillo. No se puede torear más lento y perfecto. Y por supuesto la tarde de la Maestranza de Sevilla (30-4-2011) cuando José María Manzanares (hijo) indultó al toro Arrojado de Núñez del Cuvillo. Aquello fue el delirio.

--Pero también habrá habido tardes de nubarrones.

--Claro. Tenga en cuenta que yo llevo toreados alrededor de 1.800 festejos. Algunos días los toreros no han tenido su tarde y la gente se ha enfadado. También he presenciado numerosas cornadas, algunas muy fuertes como la de Manolo Sanlúcar en Madrid y la del picador Manuel Cid en Zaragoza. En ambos casos salté al ruedo para evacuarlos a la enfermería.

--Qué plaza le gusta más?

--He actuado en todas las de primera, segunda y muchísimas de tercera y portátiles, pero le puedo asegurar que como La Maestranza, y sobre todo la del Puerto de Santa María, ninguna. Esta es diferente en todo.

--Cuál debe ser la mayor virtud de un mozo de espadas?

--Saber estar y ser discreto, que no es fácil, dentro y fuera de la plaza. Hay que defender los intereses de tu jefe y ser eficaz en tu labor.