La chirigota de Fuente Palmera Estamos pegaos… levantó el telón del Gran Teatro. Estos hermanos siameses denunciaron la discriminación que sufren algunos niños o personas que tenga algún defecto. En su segundo, mostraron su opinión sobre la Ley Mordaza: “si España es un país de cobardes, gobernados por corruptos y protestar es un delito, llévenme preso”.

La primera comparsa de la noche, La misteriosa, supuso un reencuentro. La comparsa de los pregoneros de este año, Fernando Abad y Antonio Ramírez Añete. Con un tipo de detective al estilo Sherlock Holmes, llegaron al Gran Teatro para investigar “su bella misteriosa”. En su primer pasodoble quisieron homenajear al buen aficionado y al Carnaval, mientras que en el segundo criticaron a Felipe González y la actitud que ha tomado el PSOE en la última investidura de Rajoy. Su popurrí estuvo lleno de piropos hacia Córdoba.

Comparsa 'La misteriosa'.

Siguieron la sesión la chirigota de Aguilar Enemigo público Nº1. Controlando la zona azul de aparcamiento, esta chirigota reafirmó sus ganas de estar en Carnaval a pesar de que siempre dicen que “este año no salgo”, mientras que en su segundo contaron los millones robados por la corrupción, mientras que “yo trabajo en el campo por 40 euros”. En su simpática tanda de cuplés, hicieron un mannequin challenge, con el público incluido, que se lo enviaron a Rajoy, para que viera “como estamos con tu ruina, todos paraos”. En su segundo, contaron su remedio para quitarse el aburrimiento. Mientras veía un vídeo porno, llegó su parienta y al ver que se fue corriendo, le preguntó que hacía y él contestó “no me entretengas que había un Pokemon en el pasillo”. Su actuación la completaron con un popurrí animado sobre sus historias de controlador.

Otra chirigota puso el ecuador de la sesión. La comunidad, de Javi Salazar, representó un tipo de amish que tuvieron que abandonar Córdoba tras ser jurado el año pasado, ya que “más de un grupo nos quería pegar”. La mujer fue la protagonista de sus pasodobles. En el primero, denunciaron el tratamiento que ha tenido la religión hacia ellas y recordaron a “aquellos hombres que presumen de hombría, si no tienes una madre no puedes ser padre”. En su segundo, criticaron la actitud de algunas madres que protegen a sus niños frente a los profesores, cuando el niño “no hace tareas” o “se queda dormido”. En su primer cuplé recordaron sus problemas con el decorado del año pasado de jurado. “Pienso que fue el mismo que hizo el programa de los puntos del jurado”.

Comparsa 'Mi mundo'.

La comparsa regresó con Mi mundo. Procedente de Aguilar de la Frontera, estos trabajadores presentaron un mundo destruido por “los gobiernos y el odio” y querían reconstruirlo. Tras una presentación en la que utilizaron un teclado, sus primeros cimientos los pusieron con dos pasodobles escritos con sensibilidad. En el primero, hablaron de su amante, “esa que me hace vibrar” y “es pasión, sentimiento”. Se trata de la comparsa. En el segundo criticaron el trato que han recibido los refugiados en Europa. En su popurrí recalcaron su idea de reconstruir su mundo “al compás de Andalucía”.

Tras las buenas sensaciones del 2016, la chirigota cañetera de Andrés y Francisco Gallardo presentaron Manolo para los amigos. Con un tipo que imitaba a Falete, la agrupación se mantuvo metida en el tipo durante toda su actuación, generando risas entre el público.

Chirigota 'Manolo para los amigos'.

La Califa derrochó todo su arte con dos pasodobles en los que recordó su taberna del año pasado, pues “ese vino todavía sabe a gloria en este teatro”. En el segundo defendieron a aquellas personas homosexuales que, con el paso de los años, deciden contarlo a su madre. En la tanda de cuplés, enseñaron su gusto por el sadomasoquismo ya que “canto con tanto genio que siempre tengo mala leche”. Por ello, ellos darían con el látigo “al listillo que hizo la entrada a la Torrecilla. Por otro lado, en su segundo cuplé, recordaron su gira que se dieron por la provincia, en la que “de cada pueblo siempre me dieron algo”. De hecho, su mejor recuerdo fue del concierto de Peñarroya que se trajeron “un pedazo de coche”. Terminaron con un simpático popurrí con cuartetas que agradaron al público.

La penúltima actuación fue de la comparsa de Puente Genil Ánimas. Tras una puesta en escena con la única luz de sus candelabros, estos monjes salieron de la oscuridad de su iglesia para cantar su copla por Febrero. En su segundo pasodoble defendieron a Adrián, el niño enfermo que soñaba con ser torero y que ante las críticas que recibió, “él ha toreado la enfermedad” y “ahora la tiene cogida por los cuernos”. Al final de su popurrí se quitaron la túnica negra para mostrar su túnica blanca que refleja la esperanza.

Chirigota 'Adiós Don Pepito, hola Don José'.

La sesión la cerró la chirigota de Antonio Navajas Adiós don Pepito, hola don José. Su actuación comenzaron como un hombre de pobre vestuario al que un buen día le toca el euromillón. Con su estilo característico, en sus pasodobles hablaron sobre sueños que harían con tantos millones. Tanto sus cuplés como el popurrí tuvieron puntos que agradaron al público, aunque “mi premio gordo es cantar en Carnaval” y “cojo mi boleto y lo hago papelillos”.