Los tan demandados durante varios años aparcamientos subterráneos en la zona del hospital Infanta Margarita, al objeto de dar respuesta a la alta presión de vehículos con los que a diario acuden a aquel sus usuarios, procedentes de distintos puntos de la comarca, parece no haber solucionado el problema para el cual fue creado. Las causas aducidas no sólo desde el consistorio sino también desde los ciudadanos, podrían encontrarse en la política de precios mantenida desde su apertura en julio del 2012. Cinco años los transcurridos en los que los conductores, a pesar de la reordenación que del tráfico se hizo en su día en la zona y que provocó el descenso de aparcamientos en la vía pública, buscan a diario aquellas zonas que si bien se encuentran más alejadas del centro hospitalario, les permiten aparcar a coste cero.