Los jugadores aceptaban el envite de su entrenador. Deivid admitía que las palabras de Djukic no llegaron por sorpresa, ya que “lo dijo a la cara, nos lo dijo a nosotros antes de salir a rueda de prensa. Así, que a asumir cada uno su culpa, a saber lo que hemos hecho cada uno dentro del campo y crecer a partir de los errores. El míster ha sido siempre claro”, advertía el canario, que proseguía comentando que “nos hubiese molestado si nos dice a nosotros una cosa y luego sale a sala de prensa y pega esa rajada que dijo, pero nos lo dijo a nosotros a la cara. Es lo que piensa, es la realidad y a asumir cada uno lo que dice y punto”, aseveró.

Sobre el partido en sí, el central reconvertido por el serbio a pivote detallaba que “es cierto que hasta el 3-0 el equipo no estaba tan mal, pero el tercer gol nos mata; por la forma que es, algo que habíamos trabajado, porque prácticamente el único que puede marcar de cabeza en el Barcelona es Piqué y te la mete. Ese creo que ha sido el punto de inflexión, nos ha matado y hemos bajado los brazos”, reconocía Deivid, que en todo caso aceptaba lo dicho por su entrenador. “El jefe es el que manda, nadie le puede contestar. El jefe habla y los trabajadores se callan. En el fútbol y en cualquier trabajo. A trabajar y punto”, remataba el jugador blanquiverde, que incidía en que “si yo hubiese sido el entrenador del equipo hubiera hecho una rajada igual”.

Por su parte, Luso Delgado comentaba que “duele que el míster diga eso”, aunque también avisaba de que “nosotros lo que queremos es tener una buena armonía de trabajo, mejorar cada día y competir”.