Corto y suave. Así ha sido el entrenamiento del Córdoba esta mañana, en la Ciudad Deportiva del club. Comenzó la sesión a las 10:45 y a las 11:30 ya había finalizado, lo que sorprendió un poco dado que en solo dos días se disputará un partido clave ante el Reus (el sábado a las 18:30 en El Arcángel).

Empezó el entrenamiento con la clásica carrera alrededor del campo. Tras ello, se optó por un ejercicio de refuerzo de la moral de grupo, en el que dos equipos se pasaban el balón con las manos, evitando que el rival interceptase. Buen ambiente en general el que demostró el grupo, en el que no estuvo ningún canterano, con excepción de Javi Galán.

Posteriormente, se dividió a la plantilla en defensas y delanteros, yendo algunos centrocampistas con los primeros y otros con los segundos. Los defensas se ejercitaron con presión y defensa cerrada, evitando que los centrocampistas filtrasen pases entre líneas. Los delanteros, por su parte, practicaron el remate a centros laterales y los disparos desde fuera del área.

Y poco más, ni 45 minutos de sesión antes de que Carrión mandase recoger los bártulos y vuelta al autobús. No se trabajó la táctica, ni la estrategia a balón parado ni fue un entrenamiento especialmente exigente en el aspecto físico. La respuesta más probable al interrogante sobre el por qué una sesión tan liviana es evitar dar pistas. El Reus es un equipo muy trabajado defensivamente, el menos goleado de la categoría, y parece que Carrión quiere guardarse todos los ases posibles.

Es probable que tras ello el equipo viese algún tipo de vídeo preparatorio del encuentro ante el Reus, ya en El Arcángel aunque tampoco hubo de gastarse mucho tiempo en ello, puesto que a las 13:00 horas Deivid ya estaba contestando preguntas de los aficionados a través de la cuenta de Facebook del Córdoba.

Mañana volverá a ejercitarse el equipo, aunque a puerta cerrada y en el estadio. Será entonces cuando el equipo trabaje de manera específica el encuentro ante el Reus. Un partido en el que le va la vida al Córdoba.