Las negociaciones se habían iniciado a principios de 1994 entre los presidentes de Cajasur, Miguel Castillejo, y de la Caja Provincial de Córdoba, Alfonso Castilla, tras un frustrado intento de integración de la caja vinculada a la Diputación de Córdoba con Unicaja, que se rompió en diciembre del 2013. Para bien o para mal, Unicaja marcó el futuro de la nueva caja cordobesa, pero también su final, pues quince años después, en mayo del 2010, rechazó su integración con Unicaja y fue intervenida por el Banco de España.

El proceso de fusión de las dos cajas cordobesas fue muy rápido. Las escrituras públicas se firmaron el 31 de diciembre de 1994. Se cumplía así el acuerdo de fusión entre Cajasur y la Caja Provincial que aprobaron las asambleas el 15 de noviembre de 1994. Diario CÓRDOBA informaba el 2 de enero de 1995 de la noticia. «Nace la Caja y Monte de Córdoba con un activo de 550.000 millones de pesetas», titulaba este periódico en su página 7, bajo una fotografía en la que brindaban el entonces presidente de Cajasur, Miguel Castillejo, y el de la Caja Provincial, Alfonso Castilla. La nueva entidad contaba con más de 300 oficinas repartidas por la provincia, Andalucía y Madrid. Los beneficios conjuntos en 1994 ascendían a unos 9.100 millones de pesetas, de los que 1.470 se destinarían a la Obra Benéfico Social y de ellos 500 para la ampliación del Palacio de Viana.

En el acto se anunció que no habría medidas traumáticas para los trabajadores, aunque se reconocía que existían duplicidades. El organigrama de Cajasur estaba encabezado por Miguel Castillejo en la presidencia, mientras que la vicepresidencia institucional correspondía a Juan Arias y la ejecutiva a Alfonso Castilla. Precisamente, Castilla mostró su esperanza en que «las personas no seamos número en esta nueva caja, sino entrañables compañeros». Pronto se verían las grandes distancias que existieron entre los altos directivos procedentes de las dos entidades. Pero, entonces, era momento de hablar de «un momento histórico y trascendental» para Córdoba, en palabras de Miguel Castillejo.