Curiosidades de Córdoba

Calleja del Niño Perdido: la historia de la vía con el nombre más singular de Córdoba

Ubicada en pleno centro de la ciudad, el nombre de la calle sorprende a todo aquel que pase por ella, y guarda un curioso significado que nos habla de la historia más desconocida de Córdoba

Rótulo de la calleja del Niño Perdido.

Rótulo de la calleja del Niño Perdido. / RAFAHELL

Adrián Ramírez

Adrián Ramírez

No nos fijamos en ellos y los tenemos asumidos como parte de nuestro día a día, tanto que, cuando se les cambia el nombre, supone todo un shock hasta el punto de que seguimos utilizando los antiguos décadas después. Los nombres de las calles son de esas cosas que están tan interiorizadas que apenas reparamos en ellas, pero que forman parte de la historia de nuestra ciudad y que incluso nos hablan de ella. Hay algunas que rinden homenaje a personajes históricos, como Góngora o Gran Capitán, otras que recuerdan acontecimientos, como Doce de Octubre, y algunas su nombre nos resulta extraño, como es el caso de la calleja del Niño Perdido. Te contamos su historia.

La historia de la calle del Niño Perdido

Porque entre todos los nombres de calles, plazas y avenidas, uno de los que más llaman la atención es de la calleja del Niño Perdido, que aguarda un llamativo pasado detrás. Se encuentra junto a la calle Concepción, en pleno centro de Córdoba. Se trata de una vía estrecha, angosta y sin salida, por lo que seguramente, si no vas a uno de los edificios que hay en ella, es extraño que la recorras. Su rótulo además, pequeño, de color blanco y adherido a uno de los edificios, tampoco llama la atención a quien camine por la vía principal.

La vía se encuentra junto a la calle Concepción.

La vía se encuentra junto a la calle Concepción. / A.J. GONZÁLEZ

Al contrario de lo que se pueda pensar inicialmente, su nombre no se debe a ningún trágico suceso. Y es que, en la calle Concepción, esquina con Niño Perdido, había una especie de hospital/convento vinculado a la ermita de San José. Los primeros registros apuntan a que se erigió finales del siglo XIV y a él, iban a parar, a modo de punto de encuentro, aquellos niños que se despistaban y no encontraban a sus padres.

Mientras sus familiares acudían, los pequeños recibían en el hospital atención, comida e incluso disponían de al menos cuatro camas donde podían dormir, según indican los registros. En el recinto, también cuidaban a chicos durante estancias de larga duración, e incluso recalaban en él aquellos que habían sido abandonados de manera intencionada por su familia.

Imagen de la calleja del Niño Perdido.

Imagen de la calleja del Niño Perdido. / google maps

El convento cerró en el siglo XIX y, a principios del XX, se demolió el edificio. Cabe recordar que en esa época, la zona recibió un importante lavado de cara y fue objeto de intensas remodelaciones. No obstante, el nombre de la calle se mantuvo, preservando la memoria del hospital y su labor. No hay constancia de la fecha exacta desde la que la calle se llama así, aunque hay registros desde el siglo XIX.

Como curiosidad, señalar que en la localidad sevillana de Utrera, hay una vía con el mismo nombre.