Rubén Flores y Julia Prieto, dos cooperantes cordobeses del Consejo Local de la Juventud que se encontraban en El Aaiún (la considerada por la autoproclamada República Árabe Saharaui como su capital), llegaron ayer a la localidad marroquí de Agadir, todo ello después de pasar una noche en prisión y a la espera de ser deportados a España, encontrándose bien y sin haber sufrido «malos tratos por parte de la Policía», informaron a través de la familia de Rubén.

Los dos voluntarios desarrollan un proyecto para dar a conocer en institutos y asociaciones cordobesas la situación del pueblo saharaui, para lo que viajaron a este país y comenzaron a mantener contactos con la población el pasado lunes. Sin embargo, según informa la madre del joven, María Ángeles Campos, la policía los persiguió desde una casa donde estaban acogidos, hasta detenerlos.

Los jóvenes tenían previsto llegar la tarde de ayer a Agadir (a donde llegaron en taxi sin escolta policial) y personarse esta mañana en el Consulado para su regreso, que puede ser mañana mismo, aunque ya tenían billete para volar de vuelta a España el próximo sábado.

La detención movilizó no solo a las familias de los dos voluntarios, que ayer reconocían haber pasado una noche de pesadilla pendiente de las noticias. De hecho, «no estaré tranquila del todo hasta que estén aquí», explicó María Ángeles Campos. También la situación de los jóvenes fue seguida por amigos y responsables del Consejo Local de la Juventud, además de la Embajada de España y la Subdelegación del Gobierno a través de la Delegación del Gobierno en Andalucía y el Ayuntamiento de Córdoba, con el teniente de alcalde Pedro García que informó que los jóvenes se encuentran bien aunque «les han impedido hacer su trabajo».

A todos ellos, la madre de Rubén en nombre de la familia transmitió ayer un mensaje de agradecimiento por sus gestiones y las muestras de solidaridad recibidas.