--Sus palabras denotan orgullo cuando habla de pluralidad e integración. ¿Cómo trabajar esos dos conceptos en una tierra tan endogámica?--Yo creo que la autoestima de un país es muy positiva. Un país que tiene confianza en sí mismo puede mirar al futuro con optimismo. Un país que se instala en la autocomplacencia y en la nostalgia lo tiene difícil. Sobre la base del esfuerzo y el rigor, debemos tener claro que el mañana que está por construir depende de nosotros. Nadie nos dará nada, pero si somos capaces de caminar hacia aquello a lo que aspiramos, sabremos llevar la nave a buen puerto.

--¿Qué lugar ocupa Córdoba en su memoria?--Me fui de Iznájar a los 11 años y estuve hasta los 16 en Puente Genil. Tengo gratos recuerdos de esa época, aunque mantengo poca relación con las personas con las que compartí la adolescencia. La mayoría también se marcharon y están repartidos por toda la geografía española.--¿Sus temporadas estivales en La Herradura responden a una necesidad de descanso o esconden también un deseo de regresar a los orígenes?--Durante muchos años iba de vacaciones al extranjero para conocer mundo. Ha sido más recientemente, cuando uno ya requiere más descanso, cuando he vuelto a los orígenes, a una tierra que me encanta, en la que me siento a gusto y en la que yo y mi familia podemos descansar.

--¿Sus temporadas estivales en La Herradura responden a una necesidad de descanso o esconden también un deseo de regresar a los orígenes?

--¿Ha planificado el verano?-- Me parece que no tendré muchas vacaciones, pero sí tengo previsto bajar a La Herradura.

--¿Cómo ve su familia el hecho de tener un president en casa?--Mi mujer y mis hijos lo ven con normalidad porque han vivido toda mi trayectoria. Han estado conmigo en los momentos buenos y en los no tan buenos. Los años de ministro en Madrid, por ejemplo, no fueron fáciles para ellos. Lo llevan como pueden. Hay que reconocer que este trabajo es enormemente absorbente, no hay horarios. Hay que estar disponible 365 días al año las 24 horas y eso implica que conciliar la vida personal y la laboral es muy difícil. Quien paga la factura es la familia.

--¿Cómo valora el momento actual de Andalucía?--Creo que Andalucía ha dado un gran salto adelante. Lo ha dado el conjunto de España, pero eso es todavía más visible en aquellos pueblos en los que había más pobreza y desigualdad. Esa asignatura, Andalucía la ha aprobado sobradamente. Tiene muy poco que ver con la tierra que yo dejé a principios de los años 70. Esto ha sido gracias, en primer lugar, a los andaluces, pero también gracias a la democracia. Ha ayudado la autonomía que, entre otras cosas, ha permitido que Andalucía se pueda autogobernar y que haya estado en disposición de aprovechar todos sus recursos, toda su potencialidad.

--Quisiéramos aprovechar la oportunidad para pedirle una valoración sobre el panorama político y social tras las elecciones del 27-M y el fin de la tregua permanente de ETA.--En España hay aspectos de la política en los que se ha dado un gran salto adelante en estos últimos años. Se ha avanzado en el terreno de la economía, que crece y genera empleo, y hemos mejorado en la consolidación del Estado del bienestar y en la defensa de los derechos de los ciudadanos. Me gustaría también destacar el avance sustancial de la España plural con el reconocimiento y fortalecimiento de la identidad y del autogobierno de los pueblos que así lo han querido, entre ellos, Andalucía y Cataluña. A pesar del buen momento que vivimos, seguimos teniendo problemas: desigualdades sociales que hay que solucionar, problemas derivados de la inmigración, el acceso a la vivienda y la precariedad laboral de los jóvenes. Otro problema es el terrorismo, desgraciadamente no erradicado a pesar de los esfuerzos del Gobierno, el conjunto de la sociedad y la mayoría de fuerzas políticas.

--¿Es optimista?