Aunque el aguacate es una fruta, suele consumirse como verdura, ya que su sabor no es dulce, sino bastante neutro. Precisamente por estas cualidades y porque hemos estado hablando del jamón, cabe destacar que se aviene estupendamente con alimentos salados y ácidos; el limón concretamente, le resulta imprescindible para evitar que se oxide con la rapidez que lo hace si, una vez cortado, no lo rociamos inmediatamente con el zumo de aquél. Hay quien lo blanquea sumergiendo su carne en agua hirviendo. Como en Méjico abundan, los aguacates se usan en numerosos platos, pero el más conocido de todos es el guacamole, que puede comerse solo o acompañando a otros platos, como otras verduras, las típicas tortillas mejicanas o los pescados ahumados. La receta es bien fácil: aguacate machacado, mezclado con tomate, chili verde y cebolla, todo finamente picado. Limón o blanqueamiento, ya saben. Volviendo a lo nuestro, más fácil todavía, lonchita de aguacate y lonchita de jamón.